Cuando los millones no son amores

Si hay algo que está claro en el fútbol es que la suma de nombres propios no siempre garantiza un buen funcionamiento del equipo. Pueden ganar, pueden perder, pero hay cuestiones que van más allá del peso propio que pueda tener un jugador.

El Chelsea gastó 58 millones, rompió el mercado y se llevó a “El Niño” Torres del Liverpool. Pero la pregunta que surge: ¿era necesaria esa suma por un jugador como él?

A veces los clubes, o quien decide hacer las compras, que no siempre son los entrenadores buscando lo mejor para sus equipos, realizan fichajes que no son los que necesitan.

Los Blues tienen a Drogba, Anelka, Kalou, entre otros. ¿Hacia falta Torres? Además dejó ir a Deco, Ballack y Joe Cole al inicio de la temporada. Tres generadores de juego que son fundamentales para conectarse con los delanteros. Estas causas, sumado a un mal presente de Lampard hace que este Chelsea no vaya ni para atrás ni para adelante.

Hoy, en la presentación del Niño como refuerzo se vieron banderas donde se podía leer: “Traidor”. El partido tenía un condimento especial. Torres hacia su debut, nada más y nada menos que ante su ex club. Un partido interesante para que se aplique la efectivísima “ley del ex”. Sin embargo, el juego del Chelsea no estuvo a la altura y los Reds fueron un poquito más.

Raul Meireles puso cifras definitivas al encuentro (1 a 0) tras un centro desde la derecha en el que Cech dudó más de la cuenta. ¿Torres? Poquito y nada en el primer tiempo, tuvo sólo dos chances de gol en las que no supo resolver. Para colmo, se ganó la silvatina de los hinchas del Liverpool cuando, a los 65 minutos, Ancelotti decidió sustituirlo.

Así, el Chelsea perdió una gran chance de acercarse al Manchester United que ayer cayó sorpresivamente ante el Wolverhamptom por 2 a 1. Es así, hay veces que los millones no son amores.