Revista Infancia

Cuando los niños preguntan y por qué

Por Pequelia @pequelia

cuando los niños preguntan

A partir de los tres años los niños comienzan a adquirir capacidad de razonamiento y esta se va agudizando a medida que pasan los años. Es entonces cuando empiezan los famosos  por qué.

Es cierto que muchas veces sus preguntas tan sólo son una forma de atraer nuestra atención, pero existen ocasiones en las que se despierta en ellos el ansia de conocer el motivo de las cosas. Cada cosa, cada proceso tiene una causa y un efecto y los niños muestran interés por ello y lo demuestran preguntando por qué.

En muchos momentos este proceso puede ser repetitivo, pero ellos sólo manifiestan su necesidad de saciar su curiosidad. Contestarles con otra pregunta les ayudará a iniciar un proceso de razonamiento. Por ejemplo si pregunta por qué está oscuro cuando es de noche, contéstale preguntándole qué es lo que nos ilumina y haz que él entienda poco a poco que si no está el sol no hay luz.

Los pasos a seguir a la hora de contestar a sus incesantes preguntas son claros. Deberemos mantener la calma. El repetir muchas veces la misma pregunta es una forma de ver si somos coherentes con la respuesta y también es la manera en que ellos graban información.

Evitaremos crear cualquier tipo de historia falsa para responderle, por muy embarazosa que sea la pregunta. Daremos respuestas claras y precisas, acorde con la edad del pequeño, pero sin subestimar su capacidad de razonamiento. A veces no le contestamos suponiendo que no lo entenderá y eso suele crear mayor necesidad de información.

Si no puedes contestarle en ese momento dile que lo harás más tarde y cumple con tu palabra. En ocasiones nos hacen preguntas en lugares que no toca o delante de personas que no deberían y nos toca pasar vergüenza. Intenta salir lo más airosa posible y contéstale más tarde.

Trata de ejemplificar. Mucho mejor si es con situaciones de su vida diaria. Y evita las respuesta tipo porque si o porque yo lo digo. Cuando ya no haya tiempo para más interrogatorios o simplemente ya estés agotada termina la conversación reforzando lo positivo. “Me ha gustado mucho contestar a tus dudas pero tenemos que dormir” o “es muy interesante lo que dices pero me tengo que ir a trabajar, luego seguimos”.

Por último, comentar que con la tele, Internet, los videojuegos… pueden suceder dos cosas. Que aumenten su capacidad de conocer porque existen cosas que no les queden del todo claras o que su curiosidad ya quede del todo saciada con la información que les proporcionan esos medios.

Anímate y cuéntanos cuál ha sido la pregunta más curiosa o divertida que te haya hecho tu hijo.

Más información: centroyvidafamiliar.com

Foto: Javiercit0

 

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