Revista Comunicación

Cuando Michael Gambon no es suficiente

Publicado el 24 noviembre 2015 por Breakingmen
Cuando Michael Gambon no es suficienteHay actores a los que te encuentras de repente, inesperadamente en el mismo momento aunque en series diferentes. En televisión se da muy a menudo. A mí me parece estupendo: te sirve para comprobar si el actor es capaz de pasar de un registro a otro y ayuda a comparar actuaciones.
Me ha pasado con Michael Gambon, un monstruo de la interpretación al que lamentablemente las nuevas generaciones únicamente recordarán por interpretar a Albus Dumbledore en la saga de Harry Potter. Yo tuve el gusto de verle en "Fortitude" y en "The casual Vacancy" en el transcurso de una semana de este verano ya olvidado.“The casual Vacancy” (y enlazo aquí con Harry Potter), fue la primera novela para adultos de J. K. Rowling, y sin haber leído el libro, la miniserie que se ha gestado a partir del mismo tiene mas oscuros que claros. Me vale como una serie costumbrista y casi de situación, donde los personajes se van enlazando y relacionando sin aparente orden para, como suele ocurrir, acaban confluyendo en un relato común.

En este caso, la trama es tan sencilla como constatar en cómo afecta en un pueblo y sobre todo en las decisiones de su órgano gestor, la muerte de uno de sus miembros. Pero  sobre todo cuanta energía y mala leche se puede gastar en influir en la decisión de quién debe reemplazar dicha baja inesperada y con ello provocar giros en la gestión municipal (concretamente si se debe sustituir un centro cultural por un balneario mucho más lucrativo aunque con menos beneficios sociales para los jóvenes del pueblo)Cuando Michael Gambon no es suficiente
Sobresale Michael Gambon, como alma mater del pueblo, empresario sin escrúpulos y facilitador de todo tipo de tejemanejes a fin de llegar a sus objetivos. Sin embargo el resto de elenco no llega ni por asomo a su talla y carecen completamente de talento. La historia, aunque entretenida, no aporta casi nada nuevo a las 250 series británicas anuales, muchas de ellas bastante mejores, que se mezclan en la parrilla de UK. “Fortitude” por su parte tiene mucho más nombre y trabajo de marketing detrás que valor real. Sobre todo la serie se vuelve aburrida, previsible y sin sentido, mezclando momentos realmente interesantes con otros más que superfluos y de relleno.

Nos muestra el pueblo noruego de Fortitude, donde se mezcla un crisol de razas y nacionalidades, a fin de llevar a cabo investigaciones en un glaciar, y los acontecimientos que se producen allí: el esclarecimiento de la muerte de un antiguo investigador y una extraña muerte producida sin causas aparentes. Y aunque la primera de las tramas tiene mucha más chicha que morder, la 2º es la que soporta la mayor parte del tiempo de metraje, cuando, además, parece obvio el resultado desde el primer minuto.Cuando Michael Gambon no es suficiente


Sin embargo el mayor pecado de la serie es no saber aprovechar el talento de varios de sus actores. Concretamente Michael Gambon aparece en contadas ocasiones en un papel muy por debajo de sus posibilidades. Probablemente se debe a las mismas razones que le han llevado a anunciar su retirada de los escenarios: las pérdidas de memoria y su incapacidad de aprenderse guiones largos. De todas formas parece imposible que no se pudiera haber exprimido mucho más su personaje.Lo mismo se puede decir del papel de Christopher Eccleston, ese Dr. Who que nos convenció con fantásticas actuaciones en “the leftover” (esta 2º temporada más si cabe) o “the shadow line”. Sale demasiado pronto de la serie y no nos permiten verle interactuar con prácticamente ninguno de los personajesEn cambio sí podemos ver en todo su esplendor a Stanley Tucci un magnifico secundario que no necesita estridencias para ser efectivo y creíble en la pantalla (véase si no “la solución final” o “Margin call”). En esta hace de detective enviado desde el continente para resolver los casos pendientes en Fortitude.

En fin, que la falta de brillantez del guion, una duración claramente excesiva y el escaso criterio a la hora de gestionar las historias y el factor humano la convierten en una serie prescindible y hasta evitable.


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