Creo que el título del post define correctamente lo que quiero decir, no todo es como creíamos en esto de la maternidad. Nos sorprendemos y cambiamos de opinión constantemente sobre lo que hacemso bien o mal en la crianza de nuestros hijos.
Antes de que nazca nuestro bebé y mucho más antes de estar embarazada tenemos una ideas preconcebidas y en muchos casos idílicas de cómo será el día a día con nuestro bebé.
Pensamos que nuestra relación no sufrirá porque repartiremos equitativamente las tareas del hogar y el cuidado de nuestro hijo, porque ese bebe sólo come y duerme y nos deja tener vida marital o ver la televisión tranquilos y abrazados.
Pensamos en si daremos el pecho o no, incluso nos ponemos límites. Damos por hecho que seremos padrazos y nuestros retoños no tendrán rabietas...
Un sin fin de pensamientos positivos que realmente son necesarios. Pues, al igual que dicen por ahí que una mujer después de parir se le olvida milagrosamente (mi hermana dice que nos drogan) el sufrimiento del parto, es necesaria esa positividad e ignorancia para poder tener hijos. Y con esto no quiero decir que los que decidimos tener descendencia estemos mal de la cabeza, seamos inconscientes o nos falte más de un hervor, no. Pero debo decir que esa "ignorancia" nos llena de más ilusión con el nuevo futuro.
Padre y madre se aprende siéndolo. Es un hecho. Sin embargo todos tenemos amigos sin hijos que te dicen que ellos lo harían de tal o cual manera. Pero lo cierto es que hasta que no te ves en esa situación y con un bebé particular (porque no, no todos los bebés son iguales), no sabes cómo te adaptarás a sus necesidades.
Yo misma me he sorprendido en muchas ocasiones. Recuerdo que al quedarme embarazada pensaba dar el pecho sólo 3 meses, cuando di a luz cambié de idea a 6 y según pasaba los meses iba diciendo que un año y ahora ya ni pongo tiempos (coquito ya hace el año).
Igual me pasó con la alimentación complementaria. No tenía mucha idea y empecé a dar papillas y purés, pero Coquito parecía un pavo al que estaban cebando para comersela en Acción de Gracias (cierto es que esta para comersela cruda o con patatas pero no literalmente!). De un día para otro empezó a no querer nada batido, se alimentó a base de teta unos días hasta que decidí darle alimentos sólidos que pudiera coger y así parece que nos pasamos al BLW con toda la experiencia-guarreria-juego que conlleva.
En el tema de dormir, lo mismo. Dimos por hecho que los bebés duermen mucho y bien, Mentira! (A qué viene esa expresión de dormir como un bebé?). el caso es que tras muchos intentos frustrados de que durmiera en su cuna y muchos desvelos nocturnos, decidimos practicar el colecho, y qué agustito duermo con mi Coquito cerca. Ni qué hablar de la vestimenta. Antes de que llegara el bebé ya tenía un arsenal de vestiditos y monerías que se han quedado sin estrenar. ¡Más de una pelea con abuelas ha conllevado! Porque llegó el verano y la niña se asaba con pololos, yo no soportaba cogerla con cosas colgando y nunca paraba de moverse con lo que parecía un muchachito con faldas! Así que lo descarté...hasta ahora.
Con todo esto quiero decir que como madre me he ido adaptando a las necesidades de mi pequeña, he ido aprendiendo cada día leyendo en internet, pidiendo consejos a madres amigas o a las del mundo 2.0, (qué decir de todo lo que aprendo publicando las Perspectivas sobre la Maternidad de abuelas.... y, sobre todo, intuyendo qué necesitaba el bebé.
Y vosotr@s, ¿¿os habéis sorprendido tanto como yo en esta nueva etapa???
Aquí os dejo link sobre mi estilo de crianzahttp://mamaysucoquito.blogspot.com.es/2014/03/crianza-y-eclecticismo.htmlhttp://mamaysucoquito.blogspot.com.es/2013/11/mi-lactancia.html