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Cuando todo se pone al reves

Publicado el 10 marzo 2016 por Oscar Ercilla Herrero @geologoentuvida

El campo magnético terrestre tiene tres ventajas pCampo magneticorincipales para los geólogos. La primera, la más importante, es que tanto a ellos como al resto de seres vivos del planeta los protege de la radiación cósmica que sería mortal de no tener este campo. El segundo es que permite la orientación usando una brújula, la cual sigue las líneas invisibles de este campo que corren de polo a polo. Y el tercero, meramente práctico para el geólogo, es que definen etapas magnéticas que permiten la datación de periodos cuando otras técnicas no son posibles.

   Y es que el campo magnético terrestre no ha sido siempre igual, y no es necesario remontarse millones de años en el pasado para ver como este ha ido cambiando. En escalas casi humanas las inversiones magnéticas han sido un hecho.

   El cambio en el campo magnético de la Tierra tiene como principal consecuencia que las brújulas cambiarían por completo su polaridad y donde marcan actualmente el norte magnético entonces indicaría el sur magnético. Esto, contado así, parece algo del todo catastrófico, pero en realidad no lo es tanto.

   El descubrimiento de la inversión magnética se produjo a principios del siglo XX en una serie de minerales magnéticos que se forman en rocas volcánicas, adquiriendo tras su rápido enfriamiento el magnetismo existente en ese instante. Pero no es hasta mediados del mismo siglo cuando se empieza a dar una explicación a lo que había estado ocurriendo.

  

Dorsal magnetismo
   En las décadas de 1950 y 60 se poseía información sobre el magnetismo del fondo oceánico, pero estos datos se encontraban dispersos. Solo cuando se dibujaron en un mapa se pudo comprobar cómo a partir de las dorsales oceánicas, desde las que se forma nueva corteza, se formaban bandas paralelas, las cuales mostraban cambios en la polaridad magnética de las rocas que las conforma. Este hecho solo podía ser explicado por cambios sucesivos en el campo magnético del planeta, puesto que los minerales metálicos que forman parte de estas rocas no podían haber perdido o modificado su magnetismo, ya que el único método posible es una fuerte elevación de la temperatura.

   Los siguientes años se siguió estudiando este hecho y se determinó que los cambios en el campo magnético terrestre no tenían una periodicidad exacta, sino que se producían de forma rápida y casi sorpresiva. Se teoriza sobre la posibilidad de que antes de que una de estas inversiones se produzca el campo reduce su fuerza y en un periodo de tiempo corto, incluso en escala humana, el campo magnético cambie por completo. Esta teoría está avalada por simulaciones por ordenador.

   El origen de estos cambios no es conocido con seguridad, pero se estima que se debe a cambios bruscos en el fluido del núcleo, desde donde se genera el campo. El núcleo terrestre es una gran dinamo y un cambio en su estado, como este movimiento brusco de un parte del fluido, podría generar una reacción en cadena que cambiaría por completo la polaridad del campo magnético.

   Como he indicado al principio, las inversiones magnéticas pueden servir como métodos de datación en zonas donde no es posible datar por otros métodos. Esta posibilidad se da gracias a la labor realizada por grupos de trabajo, los cuales cuantificaron e identificaron estas inversiones, datándolas mediante los métodos tradicionales. Este estudio permitió definir etapas, una tabla magnetoestratigráfica y, al menos, dos suprecrones, periodos largos de tiempo (más de 10 millones de años (ma)) en los que no se produce ninguna inversión. El primero se encuentra definido en el periodo Cretácico, entre los 120 a 83 ma mientras que el segundo transcurrió entre el Carbonífero y el Pérmico entre los  312 a 262 ma. Un tercero se ha propuesto durante el Ordovícico, pero su definición se basa únicamente en una localización en Siberia, mientras que en otros puntos de edad similar no se ha detectado.

   La posibilidad de cambios en la dinámica terrestre es común y se ha dado y se dará mientras el núcleo del centro del planeta siga activo. Responder a cuándo llegará la próxima inversión magnética es casi imposible de determinar, por el factor de que no son periódicas. Ya han pasado 720 mil años sin ningún cambio, pero algo se puede asegurar: no se dará de hoy para mañana. Lo siento fabricantes de brújulas.


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