Cuando una ciudad nos recuerda a otra

Este juego de estar en una ciudad y recordar otra es propio, quizá, de viajeros nostálgicos. También es curioso buscar en las ciudades el lado menos representativo. Bolonia, cuyo canal medieval aparece en esta foto, es conocida por sus cuarenta kilómetros de soportales y sus torres. Por ello, resulta toda una sorpresa encontrar esta estampa tan veneciana, aunque excepcional, en una ciudad tan diferente. POR FRANCISCO GARCÍA JURADO HLGE
No sé si fue casualidad que el día que descubrí este canal boloñés me dirigía a la estación de ferrocarril para visitar Venecia. Me pareció un bonito anticipo, y me fui con este recuerdo a la ciudad de los canales. Después, he vuelto varias veces a visitar este lugar. La última vez que lo he visto ha sido hace apenas un mes, cuando María José y yo visitamos Bolonia durante un fin de semana. Para ella era una visita por primera vez, para mí era simplemente volver a una ciudad donde han quedado recuerdos diferentes de una estancia de estudiante y de un congreso internacional. Ahora, felizmente, tengo otros recuerdos renovados y felices. Entre otras cosas, volví a subir a una famoso santuario