Revista Psicología

Cuando ya no quede nada.

Por Saval

Suelo especular con las rupturas. Tengo que preparar una batería de eufemismos que se usan para dejar a alguien. Una lista que pretende poner buenas palabras a un simple “quiero estar con alguien mejor”. Hoy voy a hablar del duelo, el luto o el nombre que le pongas a ese período post-relación en que eres capaz de decir una serie de sandeces nivel TOP del estilo: “no voy a estar con nadie más”, “no estoy preparadx” o un dramático “no me apetece salir”.

El duelo…bueno, no, no voy a hablar de eso. Es que de eso no hay nada que decir. Puedes padecer dependencia emocional y buscar un recambio rápidamente, puedes haber encontrado un recambio antes de dejarlo pero si no has hecho eso, lo normal, es que pases un período jodido. ¿Cuánto? No lo sé. He visto gente vivir lastrada por una relación años, gente que lo superaba en un mes y gente, la mayoría, que lo supera pero que le queda un rastro, una marca, un algo.

Supongo que un día clave en este proceso es cuando cualquiera de la pareja rota encuentra a su nueva camiseta. Yo he tenido suerte. Las chicas con las que estuve me encontraron antes recambio. Y eso, para mi, es bueno. Si tienes un alto nivel de orgullo y baja tolerancia a la frustración esto es una putada. Prefieres encontrar tú antes. Para mi tener orgullo es ridículo pero de eso hablaré otro día. Y si no tolerase los fracasos estaría en el infierno. Por eso que ellas encontrarán otro antes fue una sensación de alivio.

De todas maneras, el día en que no queda nada puede llegar antes o después de encontrar recambio. No es olvidar, olvidar a tu pareja de 3 años no es posible, lo lamento porque quizá sería mejor para ti. Pero no se puede. El día en que ya no queda nada, se sabe. Y no es una cuestión espacial, temporal, ni depende de que hayas sacado un clavo con otro. No. Se sabe. Sabes que ya no vas a volver aunque pensases que lo vuestro era aquello de parejas en diferido. Sabes que solamente es pasado que, obviamente, no es presente y descartas que vuelva a ser futuro. El final es ese día, no cuando se deja. Dejarlo es el principio del fin pero nunca el final.

Pero volviendo a lo de ¿cuándo llega ese día? Depende. Pero tiene que llegar alguna vez porque el riesgo de que no llegue convertiría tu relación finita en una mochila y vivir con mochila es jodido. Muy jodido.

Hay una canción de La Habitación Roja que lleva el nombre del título pero mi “recomendador” musical colgó el otro día la siguiente:

¿No os recuerda a otra? El principio. Si alguien me resuelve la duda…

 


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