Recientemente leí varios cuentos de Oscar Wilde en los que maneja mucha simbología. Oscar Wilde es un autor irlandés que en sus obras utiliza el humor, la ironía y la crítica a los prejuicios sociales. Fue un aristócrata que se opuso a la hipocresía y a la doble moral. Me llamó la atención el cuento ¨El cohete extraordinario¨ que relata las reacciones de los cohetes y fuegos artificiales ante la próxima boda del hijo del rey. Había un cohete que era particularmente egocéntrico y decía constantemente: ¨¡Qué afortunado es el hijo el rey de casarse en el mismo día en que me van a disparar!¨.
Su actitud fue arrogante durante todo el cuento, no escuchaba a los demás, opinaba sin importarle si hería a otros y finalmente por no poner atención se llenó de agua y fue desechado. Aún al final del cuento siguió sin escuchar a los otros. Este cuento nos ofrece una gran lección de vida de la forma más simpática, utilizando personajes ficticios. El autor hace énfasis en como la arrogancia nos puede llevar a cometer errores por no escuchar a otros y a quedarnos solos sin lograr cumplir nuestro propósito.
Se puede apreciar el cuento en un plano expresivo muy distinto a que si los personajes fueran solo humanos ya que los objetos cobran vida y personalidades diversas para transmitirnos emociones humanas. Considero que en esta época se celebra al arrogante y no al humilde; y es un tema tan importante porque al final cosechamos lo que hemos sembrado. Si somos amables con otros, se nos abrirán puertas, si somos arrogantes quedaremos como el cohete extraordinario, sin haber cumplido nuestra misión, sin haber explotado nuestro potencial al máximo. Si seguimos creyendo que todos están mal y nosotros siempre tenemos la razón…estaremos regando la planta de la arrogancia que crecerá hasta llegar a ser un árbol muy frondoso con raíces profundas que más adelante ocasionarán problemas irreparables. Es difícil aceptar que tenemos la razón menos veces de lo que creemos, pero así es la realidad. Siempre es un buen momento para retomar la sencillez de corazón. Nos permitirá llegar más lejos que siendo arrogantes o queriendo tener la razón todo el tiempo.