Cuando un niño llega al mundo es realmente necesario que su organismo comience a recibir todos esos elementos que lo irán formando con un cuerpo más fuerte y mejor desarrollado, como lo es el calcio, mineral elemental e imprescindible para la alimentación del pequeño.
El niño debe contar con aportes de calcio inclusive desde su proceso gestacional, hemos hablado con anterioridad de la importancia del calcio durante el embarazo, y luego de éste el mineral consigue de forma efectiva fortalecer sus huesos a medida que éstos se van desarrollando.
El 99% del calcio se encuentra en los huesos y en los dientes del individuo, mientras que el 1% restante del calcio en el cuerpo se encuentra distribuido entre los músculos y la sangre, siendo su principal función la de la formación, desarrollo y resistencia de todos los tejidos duros del cuerpo, fundamental para el mantenimiento del organismo.
La principal fuente de calcio que tendrá el niño desde su nacimiento es la leche materna, la leche de su madre que tomará durante sus primeros meses de vida de forma exclusiva será la que le aporte el mineral que necesita.
Hasta los 6 meses de vida el bebé debe tomar unos 250 mg. de calcio por día, desde los 6 meses hasta el año de vida unos 300 mg y desde los 13 meses hasta aproximadamente los 3 años de vida necesita unos 500 mg de calcio de forma diaria.
El calcio también puede aportarse a la dieta del niño con leche de vaca y otros derivados lácteos, como leches de fórmula o yoghourt. Para activar el calcio es necesario que el niño realice actividad física con juegos de poca resistencia y que dentro de lo posible reciba la luz del sol.
Vía | Clubparenting
Foto | Ximenacab de Flickr