Pensaba que nunca iba a escribir estas palabras: echo de menos cuando los globos sonda pululaban a media altura por el paisaje rompiendo las nubes y lanzando sus dardos sueltos aquí y allá, mientras desde abajo los ciudadanos, la oposición, los sindicatos, la llamada opinión pública, les lanzaban piedras en primitiva defensa antiaérea con el objetivo de derribarlos. Finalmente, el globo sonda desaparecía en la lejanía o bajaba lánguido a tierra ya desinflado de argumentos por su propio peso hasta estrellarse en alguna arista. Aquel recurso servía al partido en el Gobierno para calibrar la aceptación o rechazo de la opinión pública y evaluar el desgaste electoral y social que podría suponer tal o cual medida. Los globos sonda encendían la mecha del debate, casi siempre airado, y ponían en marcha la maquinaria del rechazo argumentado hasta que, finalmente, desaparecían. Ahora ya no hay globos sonda. Han sido sustituidos por misiles mucho menos sofisticados, pero más mortíferos, fabricados con hechos consumados que salen de la factoría cada viernes en forma de resolución del consejo de ministros. Salen como una exhalación a golpe de decretazo, de decretazo-ley o de reglamento. Los misiles no van con explicaciones de serie: hay que reclamarlas, eliminan cualquier atisbo de debate y acaban por matar cualquier cuestionamiento bajo la acusación de insumisión y rebeldía. Los globos sonda se alimentaban de la duda y vivían agazapados tras estudios realizados por organismos presuntamente independientes, bajo el eufemismo de opiniones personales de ministros y altos funcionarios. Pero ahora no hay dudas, sólo paso firme de ejército alienado que nada sabe de la tierra que va a invadir, pero que dispara a todo lo que se mueva en un país hostil. Es un hecho consumado que la política de hechos consumados se ha apoderado de la vida política del país extendiendo sus tentáculos hacia la esfera social, lo que ha eliminado de un plumazo el diálogo y la justa reivindicación de que, quizá, podríamos probar, buscar alternativas… porque otro camino no sólo es posible, sino más acertado y altamente recomendable. En estos momentos, #adivinaelrecortedehoy y #FatalFriday son tendencia en España en Twitter.