Escribes en el blog, compartes tus artículos en redes sociales, lees posts de otros blogs, los comentas,… Todas estas tareas acaban ocupando mucha parte de tu tiempo libre. Y pasados los primeros meses, lo que había empezado siendo un hobby, una distracción o una manera de formarte como profesional, acaba convirtiéndose en foco de estrés más. Escribir, leer y comentar se convierten en una obligación y bloguear pierde toda su gracia inicial. Llega lo que en inglés se llama ‘burnout’, o lo que es lo mismo, el blog acaba siendo foco de agotamiento o fatiga. Un punto en qué es muy fácil abandonar.
El año pasado experimenté esta sensación. El blog se convirtió en una obligación y cada vez escribía menos y comentaba muy poco. No tenía temas sobre los que me apeteciera escribir y nunca encontraba el momento para hacerlo. Decidí hacer un parón para pensar algunos cambios y darme un respiro. En año nuevo, con energías renovadas, volví. Pero decidí tomármelo de manera diferente.
Entre las cosas que decidí hacer para evitar volver a sentirme así hay estas cuatro:
- Adáptate a la situación. Tengo unos objetivos anuales para mi blog y una planificación en el tiempo para cada uno de ellos. Es cierto que es una de las mejores formas de ir avanzando y progresando con este pequeño proyecto personal. Pero a pesar de que este año me marqué unos objetivos más realistas, una vez más, las circunstancias personales hicieron que mi plan inicial se viniera abajo. Mientras que el año pasado esto me paralizó, este año he optado por seguir avanzando, pero adaptando el plan inicial a la nueva situación.
- No te exijas demasiado. El agobio que sentí el año pasado cuando no sacaba adelante el blog y no conseguía publicar nada en semanas era en parte debido a las altas exigencias que me había autoimpuesto con Reflexions. Pero después me di cuenta que el blog es mi proyecto para disfrutar así que rebajé mis exigencias. Ahora escribo cuando realmente me apetece y saber eso hace que me apetezca más y que acabe cumpliendo más con los objetivos y el calendario.
- Planifica los contenidos. Un calendario editorial es una buena forma de planificar los contenidos para tu blog. Puedes hacerlo de forma trimestral. Así ya sabrás qué artículos deberás escribir en las siguientes semanas. Establece también una programación de publicación. Por ejemplo, en mi caso, quiero publicar una vez a la semana, así que me marqué los lunes. Así sé que debo tener contenido preparado para ese día de la semana. Pero una vez más, hay muchas veces que no lo consigo, y si eso pasa por el motivo que sea, me adapto a la situación. Si publicas más de un post a la semana, puedes planificar qué tipo de post publicas en cada día para saber de antemano para cuándo necesitarás qué.
- Anota ideas. Lleva siempre contigo una libreta y anota tus pensamientos, ideas para post, argumentos para ellos,… Puedes incluso hacer borradores de los post. Tendrás mucho material para cuando te sientes delante del ordenador.
- Reserva un día en tu agenda. Normalmente el domingo por la tarde es cuando suelo sentarme delante del ordenador y preparo algún post. Ese suele ser mi día blogger. Tener ese momento reservado en mi agenda hace que el resto de semana lo pueda dedicar al trabajo y otros proyectos. A pesar de ello, el resto de días intento compartir contenido en las redes sociales (últimamente muy poco, es cierto) y revisar los comentarios y estadísticas del blog (como es pequeñito, no necesito mucha inversión de tiempo en ese sentido).
Y tu, ¿qué haces para que el blog no te suponga una carga extra? ¿Cómo evitas el síndrome burnout?
photo credit: Apples at work via photopin (license)