
Londres tiene tanto que ver que se necesitan varios días para disfrutarla plenamente. Si, como la mayoría de los mortales, sólo vamos cuatro días los tenemos que llevar programados para aprovecharlos.Fuimos con Vueling desde Loiu (Bilbao) hasta Heathrow (Londres) y volvimos con la misma línea. El idioma preferente en el avión y facturación de equipaje en castellano. Al llegar a Heathrow cogimos el Heathrow connect que sale cada media hora y tarda 25 min. en llegar a Paddington Station. Cuesta ₤7.90, mucho más barato que el Heathrow Express que cuesta ₤15,5.
Desenvolverse en Heathrow airport, aunque es el aeropuerto más transitado del mundo, es fácil si sigues las indicaciones. En nuestro caso las indicaciones nos llevaron a Heathrow Connect ticket offices and station, a las que accedimos en ascensor pues están debajo de la terminal 3. Llevábamos contratado por internet un hotel de 3 estrellas (equivale a una aquí) con desayuno. Nos sorprendió gratamente. Está muy bien situado, Norfolk Square es una plaza muy tranquila y ajardinada, todos los edificios en torno a la misma son hoteles, está en el distrito de Bayswater, en la zona 1. No se escucha ningún ruido aunque Paddington está a cuatro pasos. Los alrededores están llenos de restaurantes, pubs y pequeños supermercados. Nos tocó una habitación grande, muy limpia y reformada.
Nuestra primera visita era incuestionable, estando al lado de Hyde Park y con un sol londinense que no nos ha abandonado en los cuatro días, aunque por ratos descansaba un poco entre nubes, qué otra cosa mejor podríamos hacer. El parque estaba precioso tanto en las zonas verdes como los espacios dedicados a flores. Impresionante por su tamaño y por la cantidad de personas que en ese momento paseaban en bici, practicaban atletismo o simplemente disfrutaban solos o en grupo en un ambiente natural al aire libre. Hasta las ardillas se dejaban fotografiar siendo cómplices de ese momento mágico. Sorprende su limpieza y esto lo amplio a toda la ciudad. Aunque por motivos de seguridad han retirado las papeleras, los londinenses colaboran y no tiran nada al suelo con lo que están invitando a los turistas a hacer lo mismo. Cuando lo cruzamos por la noche había cambiado por completo, su escasa iluminación y la total ausencia de personas le daban un aspecto misterioso que no inseguro. Solamente nos cruzamos con una persona que era de la seguridad del parque.En Londres hay que tener cuidado por dónde se cruza la calle. Los coches conducen por la izquierda y en los cruces siempre nos señalan look at the left o look at the right. Este primer día nos interesaba patearnos la ciudad para ver el ambiente de sus calles, en los siguientes ya utilizamos el metro. Con un plano de metro y la travel card nos fue de maravilla. Cogíamos un bono diario en train Paddington station por ₤5.60, no necesita foto; off peak, o sea después de las 9.30 de la mañana y para la zona 1 que es la central y la que a nosotros nos interesaba. (Un solo viaje en metro cuesta ₤4). Así nuestra travel tenía el símbolo de ferrocarriles ingleses y con los vales que llevamos desde aquí entramos en todos los sitios que quisimos al 2 por 1. Sólo nos dimos de alta en esta página http://www.daysoutguide.co.uk/ e imprimimos todos los vales de los sitios que queríamos entrar, allí al sacar el ticket lo entregábamos enseñando la rail travel y sin ningún problema.



La Nacional Gallery responde a nuestras expectativas con creces, nos detenemos en los 16 cuadros que llevamos marcados y que no nos queremos perder, lo demás lo vemos de paso.
Nos quedamos por la zona de Covent Garden, llena de vida en torno a la Piazza y Central Market, vemos la pequeña iglesia de St. Paul’s Church (que no hay que confundir con St. Paul’s Catedral) Aunque lleno de gente, no sentimos agobio y nos compramos comida para llevar en uno de los bares y nos sentamos en la plaza viendo el espectáculo y oyendo hablar en español al grupo que estaba al lado. Por la noche nos fuimos al musical.





Al atardecer nos vamos a Piccadilly Circus para conocer la zona y hacer algunas compras. Al llegar a la plaza la imagen nos resulta familiar, los carteles se van iluminando, en la fuente de Eros no hay ni un sitio libre donde sentarse, es el lugar más animado que he visto en Londres. En la misma plaza está el Trocadero que invita a entrar. Por Street Regent y Oxford Street las tiendas están abiertas hasta las nueve, aprovechamos para comprar algo. Cenamos en Heddon Street, una calle muy pequeña que más bien parecía un patio lleno de pubs y restaurantes, por detrás de Regent Street, me encantó. Por la noche dimos una vuelta por Soho y China Town, tiene una gran vida nocturna, merece la pena.


4º día.- Ya nos levantamos con la idea de que a la tarde tenemos que volver. En la recepción del hotel podemos dejar el equipaje para aprovechar este último día. Un nuevo paseo por Hyde Park que te hace olvidar que estás en medio de una gran metrópoli. Si se cruza por el lago Serpentine se llega a la zona de los museos de Historia Natural, inolvidable; el de Victoria y Alberto, interesante y el de Ciencia lo vimos de paso. Paseo por la Brompton Road donde está Harrods y otras tiendas carísimas, de las que el único recuerdo que hemos traído ha sido alguna foto, las únicas mujeres que compraban vestían de negro como los petro-dólares que llevaban y sólo les podíamos ver los ojos. Al final entro en otra tienda y gasto en productos como Walter Ginger Royals, peanut biscuits,… las monedas que nos quedan y damos por finalizado nuestro viaje.

Muchas otras cosas hicimos, pero creo que lo importante ya lo he resumido.

