Qué barbaridad. Entre todos vosotros habéis entrado en este blog cuatrocientas mil veces.
Parece increíble.
Desde julio de 2010, cuando lo creé, han pasado cuatro años de poca (y fea) actividad profesional, pero de muchos estímulos y satisfacciones personales.
Gracias a este blog he "conocido" a muchos nuevos amigos y he intercambiado opiniones y discusiones con gente muy interesante.
(He escrito "conocido" entre comillas porque casi todos vosotros sois para mí nuevos amigos virtuales, vivís -vivimos- en el mundo 2.0, en un espacio raro, y aún no he tenido la oportunidad de estrecharos la mano ni daros un abrazo).
No me puedo creer que lleve cuatro años largando, ni que vosotros llevéis cuatro años (con más o menos fidelidad, con más o menos temporadas de descanso) leyendo.
Cada vez que escribo una entrada me quedo convencido de que ya no voy a ser capaz de escribir nada más, de que ya he dicho todo lo que tenía que decir y no me queda nada. Pero entonces surge un nuevo estímulo que despierta algún recuerdo dormido, o que me indigna, o que me hace divagar y elucubrar.
Ya sé que me repito mucho, porque mis obsesiones y convicciones son las que son, y siempre estoy dando vueltas sobre ellas.
Me emocionan las sorpresas y alegrías que me da este blog siempre. Me sorprende ver las estadísticas del blog y saber cuántas entradas hay cada día, y desde cuántos países, y qué entradas son las más leídas, y con qué palabras de búsqueda acaban algunos en mi blog (muchísimas veces de forma involuntaria, casual y pintoresca).
En general hacéis pocos comentarios (proporcionalmente al número de visitas), pero cuando os tomáis la molestia de hacerlos decís cosas muy inteligentes y muy agudas (y también muy hermosas).
En más de mil trescientos comentarios que ya habéis escrito en este blog apenas hay veinte o treinta negativos, y aun estos son muy respetuosos y agudos, y hacen una crítica inteligente. (Sólo recuerdo dos insultantes y estúpidos).
Es un auténtico placer y un auténtico lujo teneros como lectores.
Me pesa mucho la responsabilidad. Mejor dicho, me pesa mucho la perspectiva de haber llegado hasta aquí. Pero seguiré como siempre; no puedo ser de otra manera, y además se me notaría mucho. Este es un blog personal en el que opino lo que creo y con el tono más natural y coloquial posible, y en el que creo que vosotros os sentís también cómodos. Al menos me gusta pensar eso. Me gusta pensar que este es un lugar de encuentro entre amigos, tanto los visitantes habituales como los despistados que llegan buscando otra cosa pero se quedan (eso espero) a leer alguna entrada.
Por lo que a mí respecta, estáis en vuestra casa. Seguid comentando lo que os parezca y lo que os apetezca o interese. Leo todos los comentarios con ansiedad, con adicción. A menudo no los contesto porque me da la sensación de que con ello podría parecer que quiero tener la última palabra, y no es así. Por el contrario, os la dejo siempre a vosotros para que añadáis a las entradas lo que os parezca.
Muchas gracias a todos. Yo por mi parte os prometo que seguiré siendo un bocazas.