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Cuba: desde el descubrimiento hasta la “independencia”

Por Lasnuevemusas @semanario9musas

Después de la neutralización de cada tipo de resistencia indígena, Cuba pasó a formar, oficialmente, parte del imperio español, bajo el título de "Tenencia del Virreinato de Nueva España " en 1585.

El destino de Cuba había sido sellado. Los vaivenes del país como parte de imperios distintos acababan de empezar.

Los españoles eran los primeros, pero no los únicos colonizadores en América. Como siempre sucede en caso de descubrimiento de nuevas tierras, acudieron casi todas las potencias marítimas europeas, como Portugal, Inglaterra, Francia, Holanda etc. El mayor rival de los españoles en América del norte fue, naturalmente, Inglaterra, sobre todo después de la fundación de las 13 colonias a lo largo de la costa oriental que, a continuación, constituyeron los primeros Estados Unidos Americanos.

En 1762, durante la guerra de los 7 años, los ingleses ocuparon la Habana por 7 meses hasta que fue acordado un intercambio entre Cuba y Florida, así que Cuba permaneció hispanohablante y fue renombrada como Capitanía General de Cuba en 1777. Si no fuera por eso, Cuba podría, actualmente, estar hablando inglés en lugar de español.

Dicho sea de paso, la Habana fue una de las 7 principales ciudades que fundó Diego Velásquez de Cuéllar. Las otras fueron Baracoa, Bayamo, Trinidad, Camagüey, Sancti Spíritus, y la segunda mayor y, a la vez, la capital de Cuba del Este, Santiago.

¿Pero cómo fue la vida cotidiana en Cuba después de la conquista?

Como ha sido mencionado en otro artículo relativo, después de la aniquilación de los indígenas, los colonizadores se encontraron "obligados" a buscar mano de obra barata, o, aún mejor, gratuita, en África, así que la población de la isla cambió drásticamente, una vez por todas. Los habitantes de Cuba ya eran, en su mayoría, terratenientes blancos de descendencia europea, o esclavos negros que curraban en plantaciones de azúcar, plátanos, tabaco y otros productos tropicales. Vale la pena resaltar que, hoy día, casi el 60% de los cubanos son descendientes de africanos o mestizos.

La esclavitud fue abolida por los ingleses en 1834 pero no todos estaban de acuerdo, como los Estados Unidos del Sur y la clase alta cubana. Para ser más preciso, había un gran entendimiento entre sí, ya que los productores de azúcar cubanos tenían a los estadounidenses como cliente número uno, con enorme diferencia del segundo. Además, los Estados del Sur "amaban" Cuba a tal extremo que empezaron a soñar con anexarla, a fin de aumentar el porcentaje de la opinión pública a favor del mantenimiento de la esclavitud dentro de EEUU. Sin embargo, Abraham Lincoln interrumpió su sueño, decidiendo declarar la guerra contra los secesionistas del Sur, imponiendo la abolición de la esclavitud en 1865. A pesar de todo, esa fue la primera, pero, en ningún caso, la última vez que estadounidenses pensaron en anexar Cuba.

El siglo 19 fue demoledor para el imperio español, puesto que sus colonias empezaron a sublevarse, una tras otra. Por consiguiente, llegó la vez de Cuba también.

Lo curioso de este caso es que los movimientos independentistas no empezaron por las capas sociales más oprimidas, como los esclavos o los obreros al borde, o bajo el límite de pobreza, sino por los representantes de la clase alta, es decir los terratenientes de origen europeo.

A decir verdad, no es tan extraño, si tenemos en cuenta que algo parecido pasó en casi todas las colonias del mundo que, una tras otra, quisieron separarse de las metrópolis en algún momento, sobre todo porque sus clases altas no aguantaban impuestos que no tendrían que pagar si fueran independientes.

El primer líder revolucionario cubano fue un sacerdote, el padre Félix Varela Morales, cuyo apellido, parece que encajaba perfectamente en su carácter. Morales deseaba, no solo la independencia de Cuba, sino, a la vez, la abolición de la esclavitud que consideraba, tal como por fin, debería hacer un representante de Dios y del amor cristiano, uno de los pecados más aborrecibles, perpetrados por seres humanos contra otros seres humanos.

Desafortunadamente falló, pero la semilla de la revolución ya había sido sembrada, así que siguieron muchos más.

El segundo atentado fue realizado por Carlos Manuel de Céspedes con el llamado Grito de Yara en 1868. Céspedes no tenía ni un apellido tan llamativo, en materia de moralidad, como el de Morales, ni su virtud cristiana. Sí que liberó a todos sus esclavos, pero para usarlos como soldados, o como carne de cañón, como se dice en la jerga militar, en contra de los colonizadores.

Sea como fuere, los ex esclavos triunfaron en la guerra, mostrando una habilidad extraordinaria en el uso de sus herramientas de trabajo principales, los machetes. En pocas palabras, esclavos y herramientas se convirtieron en soldados y armas que, inesperadamente, sembraron el temor entre los colonizadores. Así comenzó una guerra dura, con centenas de miles de bajas, que duró hasta la tregua de 1878. Céspedes ya había sido matado en 1874, así que a los esclavos no se les otorgó la libertad prometida hasta el año salvador de 1886.

Aquí merece la pena señalar un período, desde 1879 hasta 1895, que fue llamado por los simpatizantes de los estadounidenses la "Tregua Fecunda", porque fue entonces, cuando aparecieron las primeras inversiones, o, mejor dicho, las primeras penetraciones financieras del capital estadounidense en el país.

Los peritos en asuntos de guerras, conflictos, expansiones de algunos países en detrimento de otros, colonización, etc., mantienen que todos los ejércitos de este mundo son guiados y manipulados, principalmente, por los representantes del respectivo capital de cada país expansionista o revisionista.

Suena un poco marxista, pero les aseguro que no queda nada lejos de la verdad, como veremos luego...

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