Con sobradas razones, el naciente Gobierno Revolucionario nacionalizó hace 55 años las filiales de las compañías norteamericanas radicadas en Cuba no solo por violar disposiciones legales antes de 1959, sino también para contrarrestar los efectos de una política caracterizada por el saqueo y el injerencismo desde épocas remotas.
Es cierto que aquellas intervenciones poseían un carácter antiimperialista, pero no eliminaban la propiedad privada e incluso la burguesía cubana, ni siquiera sintió las consecuencias, más bien estuvo en mejores condiciones de producir al librarse de la desleal competencia de los monopolios estadounidenses.
Hasta recibió apoyo del sector estatal, robustecido por la recuperación de los bienes bajo la antigua posesión de la tiranía de Fulgencio Batista, un autoproclamado General con una ambición desmedida por el poder que ejerció a sangre y fuego hasta el 59.
Sin haberse proclamado todavía el Socialismo en 1961 y antes de que arreciaran las agresiones de EE.UU., el Comandante en Jefe Fidel Castro alertó que el enfrentamiento con el capital extranjero constituía el camino correcto de un pueblo que quisiera liberarse.
De modo que conceptualmente estaban sentadas las bases para un proceso de indemnización, en la cual se conciliarían los intereses monopolistas y los del Estado cubano: una práctica internacional conocida por Acuerdos Globales de Compensación.
Pero el proverbial y engañoso "destino manifiesto de Estados Unidos" carecía de límites en su afán generalizado de dominación y en junio de 1960 las empresas petroleras estadounidenses informaron que no enviarían más hidrocarburos.
Incluso, prohibieron a sus refinerías procesarlos si procedían de otras fuentes, a pesar de que la Ley cubana de Minerales y Combustibles, del nueve de mayo de 1938, establecía la obligatoriedad de esas entidades de refinar el crudo que el Estado suministrara.
Apenas un mes después, el presidente Dwight Eisenhower canceló la cuota azucarera de la mayor isla de Las Antillas, lo cual, para entonces, era nuestra vía principal de ingresos por exportaciones. seis de agosto de 1960 a la nacionalización de 26 empresas y en septiembre el First National City Bank of New York, el First National Bank of Boston y el Chase Manhattan Bank, propiedades norteñas.
El 13 de octubre de 1960 sendos decretos-leyes hicieron otro tanto con 382 grandes compañías propiedad de los burgueses, entre ellas, 105 centrales azucareros, 37 bancos de la burguesía nacional local; así como sus 300 sucursales y oficinas que se extendían por todo el territorio nacional.
Así pasaron a manos del pueblo las propiedades españolas, francesas, suizas, británicas y canadienses, con las cuales se acordó la correspondiente indemnización.
Solamente Washington se opuso a negociar y aunque reconoció el derecho a la expropiación, exigió su pago inmediato a pesar de que conocía del saqueo de las arcas de la nación por Batista y sus seguidores de la deuda pública de más de mil 300 millones de dólares que los ladrones se llevaron consigo hacia La Unión.
Por tanto, ¿Estados Unidos no está endeudado con Cuba?
Tomado de ACN - Agencia Cubana de Noticias.