Revista Cultura y Ocio

Cuento corto Nobleza

Por Igork
Cuando, en 1918 el Fokker rojo de Freiherr von Richthofen fue derribado sobre las verdes ondulaciones del condado de York, el piloto alemán fue agasajado por el anfitrión local.«Soy el vizconde de Ramusen y Barón de Swidnica», dijo. La tarde corría rápida hasta ser una enorme lona negra tras las celosías blancas de los ventanales del castillo de Lord Clifford. El té era más que aceptable, las galletas de mantequilla crujientes y la conversación deliciosa. Ambos militares prometieron reencontrarse tras la guerra, y von Richthofen hizo bien al recordar que ambos compartían unos testarudos primos lejanos en Escocia, tierra de gentes escasamente romanizadas. «Un enemigo une más que un amigo», pensó el barón.
En 1943, cuando el Messerschmitt-109 de von Richthofen hijo, fue derribado cerca de las suaves ondulaciones de hierba brillante de Sheffield, el hijo del barón murió ametrallado por una ráfaga de una Sten antes de que pudiera levantar los brazos. Su caza, en sucesivos vuelos rasantes sobre una siderúrgica, había abatido a dieciséis obreros.
En 2004, el nieto de Lord Clifford y el de von Richthofen montan una joint venture (la sede fiscal en las Islas Caimán y la fábrica en Hanoi) con capital europeo y saudí, para proporcionar municionamiento a las tropas que luchan valerosamente en Afganistán e Iraq. En 2011 deciden, tras una cena en las Seychelles, derivar parte de las ganancias de su empresa al hedge fund de un primo lejano escocés, que puja por el petróleo libio.
Alea…cuento corto

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