Tenemos la idea de que los cuentos son para los niños, que los adultos ya no necesitamos esas historias fantasiosas e infantiles, que no nos ayudan a solucionar nuestros problemas y preocupaciones diarias.
Ilustración de Carl Offterdinger.
Es cierto que los cuentos son imprescindibles cuando somos niños, pero no lo son menos cuando crecemos y maduramos. Creo que ese crecimiento personal se enriquece en gran medida si nos tomamos unos momentos en nuestras ajetreadas vidas y nos paramos a leer un buen cuento.
Cuando leemos ese “buen” cuento somos transformados interiormente de diversas maneras:
- Transcendemos
La lectura de un cuento nos hace salir de nuestra visión presente, con sus preocupaciones y ansiedades. Viajamos a otros lugares y épocas que nos hacen vivir otras “realidades” que en último caso no dejan de estar dentro de nosotros.
Este viaje nos reconforta, serena y nos hace tomar contacto con nuestro Niño Interior. Ese niño que nunca dejó de serlo y que todavía necesita sus fantasías.
2 Elementos universales
Los cuentos están cargados de elementos universales, están presentes en todas las culturas y momentos. Estos elementos nos ayudan a conocer rasgos comunes en todos los seres humanos. Ejemplo son la bruja malvada, el niño huérfano, un objeto que se pierde…
Este hecho nos ayuda a conocer nuestra mente y su funcionamiento. Estaríamos hablando lo que para Jung eran los arquetipos.
- Descubrimiento
Cuando leemos un cuento estamos proyectando partes de nuestra personalidad y vivencias. Nos sentimos representados con los personajes y con las situaciones que viven.
Con este material podemos tener acceso a información inconsciente y así adquirir nuevos puntos de vista de nuestras vivencias y partes de nuestra personalidad que nos ayuden a tomar conciencia.
- Sabiduría
Los cuentos están cargados de enseñanzas ancestrales que nos ayudan a reflexionar y tener en cuenta tanto a la hora de tomar decisiones como al tratar sobre nuestra vida.
Esta sabiduría está escondida principalmente en los cuentos llamados “clásicos”, que han trascendido la época en la que se escribieron y el lugar debido a ese contenido sapiencial.
- Imaginación
Cuando leemos cuentos estamos abriendo nuestra mente a nuevos materiales fantásticos con los que no trabajamos normalmente. Animales que hablan, hadas inmortales, aventuras surrealistas…
Estos elementos nos hacen desarrollar nuestra imaginación y por ende la creatividad, la cual nos aporta soluciones insospechadas cuando estamos buscando la solución a algún problema que nos acucia.
- Placer
Leer es un placer. Este motivo puede ser razón suficiente para disfrutar de su lectura. Imaginar vivir aventuras extrañas con personajes, nos hace sentir un regreso a nuestra infancia y a momentos que pueden resultar entrañables y acogedores.
- Comunicación con niños
Por último me gustaría destacar el carácter comunicativo que tienen los cuentos con respecto a nuestros hijos. El contarles un cuento o vivirlo mediante el juego y el disfraz son actividades que fomentan la comunicación y la relación sana entre los padres y los hijos.
Esta comunicación conlleva la expresión y aprendizaje de emociones que incidirán en un desarrollo maduro del niño.
Os animo a elegir vuestro cuento favorito y volver a releerlo.
Carlos Postigo