Revista Opinión

Cuentos pero para no dormir

Publicado el 08 noviembre 2010 por Javierm

Hay quien hoy todavía se declara alarmado porque el Papa B-16 ha dedicado unas palabras a resaltar, según su opinión, la deriva laicista de la sociedad española comparando esta situación con la vivida en la II República. Aparte que toda comparación es odiosa (véase la constitución republicana y compárese con la del 78 en cuanto al asunto religioso) se echan las manos a la cabeza declarando que el papa ha venido a hacer política.

Voto a brios!! Cuando se ha visto un papa haciendo política y arremetiendo contra este gobierno!!.

Pues queridos amigos, desde hace más o menos dos mil años.

Toda la historia del papado está marcada por una profunda actuación política. han quitado y puesto reyes, han hecho y deshecho guerras, han colonizado territorios. Es decir, su actuación política escudada en la religión ha marcado profundamente el devenir de la historia de la civilización.

¿Y ahora nos rasgamos las vestiduras porque un papa profundamente reaccionario le canta las cuarenta en latín a este gobierno?.

No. Lo que nos debería escandalizar es porqué un gobierno no hace su trabajo cumpliendo a rajatabla con el carácter aconfesional del estado. Porqué se mantiene un concordato preconstitucional, porqué se aparca, (seguramente para décadas), la reforma de la ley de libertad religiosa, porqué se financia con dinero público las visitas papales, porqué se arrodilla el Jefe del Estado ante otro jefe de estado, porqué el presidente asiste a un acto religioso que debería reservarse a la intimidad personal como es una misa, porqué se va a donde el papa quiere, en vez de ir este a Moncloa, porqué se sigue prometiendo el cargo ante un crucifijo, porqué se mantiene la financiación de la iglesia, incrementándose el porcecntaje del irpf, porqué se mantienen los privilegios de la iglesia en la enseñanza de la religión y porqué se mantiene la financiación de un sistema educativo que discrimina la igualdad.

Es decir, porqué se se sigue postrando este Estado ante el anillo papal.

Y lo demás, cuentos.

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