Hace muchos años, el presidente de la comunidad Pisquicocha, en cumplimiento de sus deberes, andaba viajando de un lugar a otro para realizar gestiones a favor de su colectividad.
Por ello, tuvo que dejar a su esposa e hijos en una cabaña en estos parajes desolados para que cuidasen el ganado. Su esposa muy cariñosa, siempre le recomendaba tener cuidado en los diferentes lugares, especialmente en horas de la noche, para lo cual se entregóagujas y espejos como amuletos de buena suerte.
Una noche, la autoridad comunal, regresaba a su cabaña montado en su caballo. tenía que atravesar el lugar denominado Yaquere del sector Chulluni. En este lugar, el viento sopló y luego se le apareció un caballero con poncho y sombrero. Esta aparición repentina, le hizo asustar al caballo, y así el comunero cayó fuertemente. Una vez recuperado de la caída y el arrastre del caballo, el extraño hombre saludó al comunero, manifestando su hospitalidad oara que pase a su casa, ubicada en el cerro, en el que habían también cuevas. Ante ese hecho, el comunero se perisinó agarrando una aguja y al instante desapareció con el remolino de viento. Era el mal viento, conocido por los pobladores como el “Soq’awayra”, que poco después desaparecía cayendo en pedazos de huesos en las cuevas en Yaquere.
Desde esa fecha, el lugar es conocido por su peligrosidad durante los viajes nocturnos de los comuneros. A la vez es un lugar mágico porque en este sitio, durante las noches de luna llena aparecen y se ven cosas muy extrañas como lo citado. Para tu mayor seguridad, recuerda siempre llevar una aguja, un espejo y un cuchillo, para mantener a los “Soq’awayras” lejos de tu camino.
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