Nunca se sabe qué sorpresas pueden esconder las cosas en apariencia más inofensivas, en el mundo de la fantasía, cualquier objeto puede albergar poderes desconocidos: una silla, una caracola, una muñeca, un abanico, un peine o una lámpara que frotamos
7.80 €
144 págs.
septiembre de 2011
