Yo nunca he sido muy dado a eso del morbo y juego con las personas que caen víctimas de un asesino, sea el asesino un terrorista o un delincuente común. ¿Por qué? Porque a menudo, muy al contrario de las intenciones políticas de algunos, quizá la propia víctima jamás hubiese compartido la ideología de sus supuestos defensores post mortem. Hoy hablaré sobre el reciente caso de la pobre chica Mollie Tibbetts, asesinada por un inmigrante ilegal en el estado de Iowa.
¿De dónde era Mollie Tibbetts? De Brooklyn, Iowa: un pueblito típico de esa zona que se encuentra encima de colinas, muy pintoresco todo con sus iglesias protestantes y carretera rural. En ese pueblo está también la casa de la infancia de John Wayne. Allí fue donde Mollie Tibbetts de 20 años estaba haciendo ejercicio el 18 de julio pasado. Cuando desapareció, inmediatamente se inició el proceso de búsqueda (en USA, como en España, cuando la víctima es una chica blanca, se hace todo lo posible para movilizar recursos en su apoyo). Finalmente, encontraron su cuerpo acuchillado en todas partes el día 21 de agosto entre esos tallos altos de maíz tan típico de zonas rurales americanas.
El sospechoso de su asesinato se llama Cristhian Bahena Rivera, un inmigrante ilegal, de piel marrón oscura, mexicano joven que había trabajado para granjeros blancos de la zona…granjeros “conservadores”, todo sea dicho…porque a la derecha le gusta mucho hablar de inmigración ilegal, pero son los primeros que desean a estos trabajadores oscuros del tercer mundo para poder pagarles menos. La derecha habla mucho de “nación”, pero su “nación” realmente es una empresa.
Enseguida, toda la prensa nacional y local ha subrayado que Bahena Rivera es un inmigrante ilegal. La gobernadora de Iowa aprovechó para criticar el sistema migratorio de USA. Por supuesto, no pudo faltar Donald Trump aprovechándose de la situación para decir que “si ese inmigrante ilegal hubiese sido deportado, Mollie Tibbetts estaría viva”.
Tengo un problema con todas estas cosas. Yo puedo (y todos debemos) condenar totalmente el asesinato brutal de cualquier ser humano inocente, ¿pero de ahí a fingir simpatía? ¡Venga ya! Simpatía la da compartir IDEAS o IDEALES con una persona. No nos engañemos: si esta chica hubiese sido asesinada como tantas otras, por un varón de la raza blanca, muy poca gente habría puesto el grito en el cielo como en este caso.
La tarde noche cuando descubrieron el cuerpo de Tibbetts, el famoso director de comunicaciones ultraderechista Candice Owens utilizó Twitter para acusa a los “izquierdistas” de llorar más por los inmigrantes separados de sus familias que por Tibbetts y su familia. La prima de Tibbetts, Samantha Lucas, licenciada recientemnte de la Universidad de Missouri, respondió con enfado. Acusó a Owen de ser “una puta serpiente” por utilizar la memoria de su prima para “propaganda política”. La familia de Tibbetts (y la propia víctima) son absolutamente pro-inmigración ilegal. Ahora os voy a compartir algunas “perlas” de su familia, especialmente de su patético padre.
De manera que el clamor popular aumentó en el nombre de Tibbetts, sus familiares empezaron a pronunciarse. Un familia suyo colgó lo siguiente: “Por favor recordad que la maldad viene en todos los colores. Nuestra familia ha estado bendecida de estar rodeada de tanto cariñó, amistad y apoyo por gente de todas las razas y naciones. Desde nuestro corazón, gracias”.
El padre de Tibbetts, Rob, habló en el pangegírico para su hija el pasado domingo y lo utilizó como oportunidad política para criticar a la derecha y en particular, para decir que su hija “no es víctima de nadie” (tóma ya)…¿qué padre decente diría eso de una hija asesinada? En este caso, su hija, le guste o no, fue víctima de un inmigrante ilegal que si no hubiese estado dentro del país, su hija estaría viva. Pero ahora viene lo realmente esperpéntico: tras darle las gracias (como debe ser) a los latinos en Iowa que ayudaron en la búsqueda de su hija, dijo esto:
“La comunidad latina de Iowa son ‘Iowans’. Tienen los mismos valores que nosotros. Por mí, son gente de aquí pero con mejor comida”!
No, no, no…aunque suena vomitivo, no me lo he inventado para hacer demagogia como algunos pensarán. Pueden comprobar aquí la notícia.
Esta familia pudo tener dinero para contratar abogados y que la desaparición de su hija fuera portada durante un mes, pero cuando vieron que los medios de comunicación y la opinión pública especialmente no les dio la narrativa que buscaban, entonces utilizaron la oportunidad para politizar el asunto, al mismo nivel de bajeza moral que la propia derecha.
Por si todo esto no fuera suficiente, Mollie Tibbetts era racista contra los blancos, contra su propia raza. En su cuenta de Twitter, ya se podía ver lo que realmente creía. Criticó el papel de los votantes blancos en la elección de Doug Jones, por ejemplo y era muy crítica contra Trump en su política migratoria. Además de eso, aquí tienen su “tuit” diciendo “odio la gente blanca”, en referencia a como éstos suelen votar conservador y así darle la victoria a Doug Jones. Pues sí chavala, tú odiabas a la gente blanca y resulta que posiblemente tu asesino también.
Nota aparte: Hay quienes dicen que Tibbetts tampoco parece plenamente “blanca”, pues tiene ojos algo raros (en el sentido raro que no son típico en gente de raza blanca) y cierto “look” exótico. Sinceramente, a mí me parece un cruce entre blanca y latina o blanca con asiática (una mezcla muy común ahora y que se llama “hapa”…hija de blanco con asiática). Según los estudios psicológicos acreditados, los hijos de estas parejas suelen sufrir varios problemas psicológicos – aquí tenéis un estudio al respecto. ¿Por qué menciono esto? Porque si leemos el Twitter de esta chica, parecía que sufría ciertos desequilibrios e inseguridades.
Voy a volver a subrayar algo antes de que unos idiotas me acusen con maldad: NINGÚN SER HUMANO MERECE MORIR Y TODO DELITO CONTRA LA VIDA INOCENTE ES DELEZNABLE Y DEBE SER CASTIGADO DURAMENTE.
Aquí simplemente estoy hablando de utilizar víctimas a conveniencia. Mollie Tibbetts es otra estadística, no es ninguna mártir, no es nadie “especial” y la única dimensión en todo esto es que fue asesinada por un inmigrante ilegal de México.
Podemos tener la política que sea, pero se me hace difícil hacer mártir a una chica que nos hubiese tachado de malvados racistas solo por no compartir eso de las fronteras abiertas. Mucho cuidado con quien usamos de víctimas, señores, pues lo más probable es que no agradezcan (ni la víctima ni su familia). Menos falsas lágrimas y condenas, más debate político en exclusiva.