¡Cuidado con la raspa!

“Extío” sobrero de Carmen Camacho. Foto: Juan Pelegrín/Las Ventas

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Muy destacable del festejo de ayer el espectacular tercio de varas protagonizado por Nacho Meléndez, picador de la cuadrilla de Zotoluco. Lo de Urdiales es como para ir a que te exorcicen, pues alguna maldición le han mandado ya que no se entiende la mala suerte que tiene este buen torero, al que ayer le tocaron dos mulos imposibles. La actuación de Zotoluco volvió a demostrar el abismo que existe entre el toro de México y el de España. Pero lo cierto es que anduvo muy vulgar, sin sitio, sin ideas y ayuno de técnica para la lidia. Mejor será que siga actuando en la pantomima de “Don Bull” y las corridas “incruentas” donde es todo un maestro. Morenito de Aranda anduvo bien con el capote y con el primero estuvo decoroso pero sin terminar de rematar. Orejita por la hartura del respetable de tanto destoreo y descaste, y seguramente también por eso del paisanaje. Antes de que saliera el sobrero de Carmen Camacho, de nombre “Extío” ya se oían protestas por el peso que reflejaba la tablilla, 487 kilos. Ya en el ruedo, muchos en los tendidos comenzaron a gritar ¡Toro! ¡Toro!, léase aquellos que confunden trapío- entiéndase como sensación de respeto que impone un toro de lidia- con romana. Y este lo tenía y mucha seriedad por delante. Y aquel sobrero llevaba dentro la casta, la fiereza y la acometividad. En el caballo empujó con clase y se vino arriba en banderillas. Toro que transmitía de lo que anda paupérrima la Fiesta: emoción. Pero este burel necesitaba que se le dominase, porque sin dominar al toro no es posible el toreo. Y Morenito no lo supo hacer, y la “raspa” le venció la partida. La falta de técnica, mando y temple con la muleta hicieron que se pusiera a dar cabezazos acabando por ponerse imposible. Mal Morenito, que se dejó ir un toro para encumbrarse en la que dicen es la primera plaza del orbe taurino. Si sigue así, tendré que afirmar que este diestro no es más que otro invento consentido de Las Ventas.