Hay que tener mucho cuidado con los insecticidas durante el embarazo, estos productos podrían afectar negativamente al crecimiento del bebé y podrían tener consecuencias neurológicas, aunque lo peor es que se apunta que podrían incrementar el riesgo de que los bebés sufrieran leucemia infantil. El estudio se enmarca en el Proyecto INMA, estudio prospectivo que evalúa el efecto de la exposición a determinados productos y contaminantes ambientales en la salud y desarrollo de los niños españoles.
En la investigación se realizó un seguimiento de 2.456 madres e hijos de diversas localidades españolas, se tuvieron en cuenta, además de los productos que habitualmente se utilizan para acabar con los insectos, las características socio demográficas y el estilo de vida de cada familia. Desde el año 2003 y hasta el año 2008 se realizó este seguimiento con las madres desde el momento de su embarazo, los resultados determinan que el 54% de las mujeres embarazadas utilizaron algún tipo de insecticida para acabar con los insectos en el interior de sus viviendas, un 15% utilizó hasta dos productos diferentes con la misma finalidad.
Definiendo un poco más los datos, un 45% de las mujeres utilizaron el insecticida en su habitación, un 5% lo utilizaron durante todo el año, un 20% en ocasiones y un 75% de forma estacional coincidiendo con la mayor acción de los insectos. El método más utilizado para acabar con los insectos (62%) fueron los insecticidas que se utilizan con un dispositivo eléctrico. Por otro lado, en el caso de las mujeres embarazadas, un 47% aplicaban el insecticida en toda la casa, un 7% los utilizaba todo el año, un 67% lo hacía coincidiendo con las estaciones más favorables para los insectos y finalmente, un 26% los utilizaba ocasionalmente. En este caso el método que más se empleó fue el insecticida en spray (69%).
Finalmente, el 2% de las mujeres emplearon otro tipo de medidas para acabar con los insectos en su dormitorio, un 5% lo hizo en todo el hogar. Estas medidas comprendían el uso de insecticida en polvo, trampas para cucarachas o dispositivos de ondas. Tan sólo un 1% de las mujeres utilizaron medidas como el repelente de insectos. En lo que respecta a otras áreas del hogar, un 10% utilizó insecticidas en jardines o huertos, de esta cantidad, un 9% los empleaba cada mes, un 14% de forma trimestral, un 20% tres veces al año y finalmente, un 57% de forma ocasional. Podemos comprobar que el estudio ha sido meticuloso tanto por la cantidad de parámetros utilizados como por su duración.
El estudio que hemos conocido aquí, muestra que más de la mitad de las mujeres embarazadas utilizan insecticidas, algo que se prolonga durante los primeros años de la infancia de los niños. Las mujeres están expuestas a estas sustancias con las que entran en contacto por inhalación, por ingesta no intencionada o por manipulación (contacto directo). En el caso de los niños, la ingestión de polvo contaminado es la vía más habitual de exposición a los plaguicidas o insecticidas. Futuros bebés y niños son los que más vulnerabilidad presentan ante la exposición a los insecticidas, la razón es que sus organismos no están lo suficientemente desarrollados y maduros, por lo que el sistema inmunológico no puede actuar como el de un adulto. Al respecto y como información adicional, es interesante leer el post El uso de insecticidas afectaría a la inteligencia de los bebés.
Ya conocemos el nivel de exposición de las mujeres embarazadas, nada menos que un 54% utilizan insecticidas, teniendo en cuenta el riesgo que supone la exposición a estos productos, sería interesante intentar evitarlos a toda costa y utilizar otras medidas para repeler o acabar con los insectos. Podéis conocer más detalles del estudio a través de este artículo publicado en Science of the Total Environment.
Foto | Showbits
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Cuidado con los insecticidas durante el embarazo