Revista Opinión

¡CUIDADO¡ La amenaza del Partido Demócrata

Publicado el 04 noviembre 2022 por Liberal

Estimados señores votantes en EEUU: El próximo martes hay elecciones. Recuerden que a los demócratas nunca se les acabarán los pretextos para los delincuentes. Hablan sobre «racismo», «causas fundamentales», «pobreza», «adicción a las drogas», «enfermedad mental», «problemas de aprendizaje», «cometió un error» y «encarcelar no funciona!» Son los mismos payasos que dicen aquello de «ningún ser humano es ilegal», en defensa de la inmigración ilegal.

No es la función del gobierno sondear la mentalidad de los delincuentes. Los delincuentes son depredadores, monstruos, bestias salvajes que atacan a la civilización, sin tener en cuenta su propiedad, integridad física o vida. La única función del gobierno es mantenerlos alejados de nosotros, no garantizar que tengan vidas plenas como desea la progresía barata, falsa y anticristiana.

En el debate para gobernador de Nueva York la semana pasada, el enérgico candidato republicano, el representante judío Lee Zeldin, amonestó duramente a la gobernadora incompetente Kathy Hochul, una demócrata pro-delincuente, sobre la ola de delincuencia que azota a Nueva York. Finalmente, dijo: “Estamos a la mitad del debate, y ella todavía no ha hablado de encerrar a nadie que cometa algún delito”. Pues ni lo esperen, porque obviamente la maquinaria demócrata precisamente depende del voto de los delincuentes e inmigrantes ilegales, entre otros grupos indeseables, para ganar elecciones. Ningún padre de familia sana puede votar al Partido Demócrata en el 2022. El Partido Demócrata del 2022 es el partido de los pedófilos, de los «trans», de los delincuentes, de los inmigrantes ilegales, y de los terroristas de Black Lives Matter y ANTIFA. Su modelo de democracia no es EEUU, sino la antigua URSS. De hecho, ellos, empezando por Biden, han dicho que si votas al Partido Republicano, «estás atentando contra la democracia». SÍ, ASÍ LO DICEN. Es la clásica táctica psicológica que usan todos los totalitarios para intentar desacreditar tu voto. Es propio de repúblicas bananeras, y por eso precisamente dependen tanto de las fronteras abiertas. Vamos a dejar una cosa bien clara: ni siquiera la CNN, órgano propagandista del régimen demócrata, niega que si EEUU tuviera una mayoría de raza blanca, el partido demócrata de Biden no sería ni una manchita en el radar político. Todo el mundo sabe, porque esto se dijo ya en los 80 y 90, que mientras más inmigrantes tercermundistas aceptaba EEUU, más tercermundista se iba a convertir. La demografía SÍ influye y es una realidad.

En una ciudad donde los ciudadanos tienen miedo de salir de sus hogares debido a la delincuencia, la INCREÍBLE respuesta de Hochul provocó titulares en la prensa. Ella dijo: “No sé por qué eso es tan importante para ti”. Eso, es decir, «la delincuencia». No, no estaba de broma. Ella realmente NO entiende por qué la inseguridad es tan importante. Lo triste del caso es que Nueva York es un estado tan degenerado, que esa tiparraca aún consiga casi la mitad de los votos.

Su respuesta insondablemente fuera de lugar fue tan indignante que los ciudadanos podrían haberse perdido la primera parte de su respuesta: “Cualquiera que cometa un delito bajo nuestras leyes, especialmente con el cambio que hicimos a la fianza, tiene consecuencias”.

“Tiene consecuencias”. ¡Tomen nota, neoyorquinos! No dijo, “irán a la cárcel” o “serán procesados” o “serán sacados de las calles por el bien de la sociedad”.

“Tiene consecuencias” es un código progre para la mal llamada “justicia restaurativa”, ahora la ley de facto desde que el delincuente negro George Floyd fuera detenido por la policía. Sí, digo «de facto», no «de jure» (lo digo porque la juez portorriqueña, Sonia Sotomayor, confunde los términos…aunque no es de sorprender porque su única «cualificación» fue ser de orígen mulato portorriqueño, y por eso Obama la nombró. Yo siempre dije que Sotomayor NO estaba cualificada para esa posición. ¿No me creen que una juez del TS cometa semejante error tan bárbaro? Mirad aquí el texto del tribunal. Cuando el juez Alito intentó corregirla, no solo NO pidió disculpas por su error, sino que encima insistió en ello. Debe ser su famoso «temperamento latino» del que tanto se jacta, con el beneplácito de la progresía. Solo los no blancos tienen permiso de ser orgullosos de sus orígenes raciales, pero si un blanco dice «debido a mi temperamento blanco, voy a corregir tu error», inmediatamente sería tachado de racista, y si es varón, de machista. En fin, volviendo al tema, en lugar de un castigo real, esta nueva «justicia» de circo tiene medidas tales como que el delincuente escriba una carta a la víctima, la abrace o asista a una «mediación» familiar. Por lo tanto, si un grupo de adolescentes golpea a su hijo en la escuela, él será obligado a sentarse con sus atacantes para que puedan decirle, Oye, lo siento, hombre, pensamos que nos menospreciaste, ya somos amigos eh??» No, no es broma. Es lo que llaman «equity» en la nueva jerga de George Soros.

Uno de los principales impulsores del aumento sin precedentes de la delincuencia en Nueva York es la ley «sin fianza», que significa «sin cárcel». Los mismos depredadores son detenidos una y otra vez pero nunca pueden ser encarcelados, gracias a los demócratas. Bueno, hay un matiz: solo te encarcelan si eres blanco, o incluso hispano, pero estás defendiendo tu negocio contra un delincuente negro, o en el caso de blancos, si dices algo que ellos piensen o afirmen que sea «racista». Entonces en esos casos, no solo te meten en la cárcel, sino que hasta gastan recursos mandando helicópteros hasta California si hace falta, para detenerte por «decir algo racista». Pero si eres un delincuente de raza negra, te aseguro (si me estás leyendo) que un paraíso para ti va a ser Nueva York o Los Angeles, o San Francisco. En ciudades donde gobiernan los demócratas, ten por seguro que podrás robar, incluso con violencia, y no te van a meter en la cárcel. Además, no te preocupes por los propietarios porque en esos estados, solo los negros pandilleros como tú tienen armas. No te preocupes tampoco por gente como yo, no te vamos a denunciar si atacas a un votante demócrata progre porque un demócrata menos es un patriota más.

Aparte de su objetivo principal de mantener a los “cuerpos negros” fuera de la cárcel—en oposición a, digamos, proteger los cuerpos blancos y negros de sus víctimas—el argumento de los demócratas para nunca encarcelar a los detenidos es que la fianza “discrimina” a los pobres, quienes no pueden pagar. Primero, muéstrame un solo ejemplo de una persona rica asaltando a los neoyorquinos o empujando a los viajeros frente a los trenes del metro.

En segundo lugar, tenemos suerte cuando podemos atrapar a uno de estos monstruos. Y, si los atrapan, la gran mayoría de los criminales culpables nunca pasarán un día en prisión. Solo alrededor del 30% de los detenidos por un delito violento van a prisión, y esas eran las estadísticas antes de que los fiscales de distrito respaldados por Soros comenzaran a liberar a los delincuentes en todo el país. Esas eran las estadísticas antes del llamado «reckoning» racial post-George Floyd, en la que los negros tienen barra libre para delinquir. ¿Alguien se imagina un espectáculo tan tercermundista, semejante a Sudáfrica, hace tan solo 30 años? Claro que no, porque los «millennials» todavía no votaban.

Otra idea demócrata fantástica para reducir el crimen es desplegar lo que llaman (no te rías, que van en serio) «interruptores de violencia», es decir, ex delincuentes que de otro modo serían difíciles de emplear y que obtengan un buen trabajo en la ciudad. O para financiar interminables servicios de «salud mental», cuyo único propósito es crear más trabajos gubernamentales inútiles para los estudiantes de carreras inútiles como «sociología» o «estudios de género».

Mira, si algún idiota quiere aconsejar a violadores y asaltantes en prisión, ¡genial! Pueden ser voluntarios. Pero el asesoramiento debe llevarse a cabo detrás de las rejas de la prisión, donde pertenecen sus mascotas delincuentes.

Aunque creo que es importante mencionar que no hay PRUEBAS de que la consejería de «salud mental» haya funcionado alguna vez. Hasta el New York Times lo reconoció en un raro lapsus de honestidad en 1983: “Decenas de estudios… han demostrado que los programas de rehabilitación en prisión han fallado, que no hay una forma fiable de saber si un preso se ha reformado y que muchos han sido liberados para pronto cometer nuevos delitos”.

No importa cómo lo llamen, la progresía barata ha estado impulsando sus planes de cualquier cosa menos prisión desde siempre.

Aquí van algunos titulares del NY Times desde la década de 1980:

En 1982 afirmando la misma basura. Otra en 1987. Otra en 1988: «la respuesta a la cárcel es la lectura». «La prisión es una solución de tontos», afirmaban en 1989.

Tengan en cuenta que no fue hasta 1994, y la elección de Rudolph Giuliani, que la delincuencia en realidad, por primera vez, disminuyó. (Giuliani no siguió los consejos del Times, obviamente).

Y saltando al presente, aquí está el Times en 2020: «¿Se puede enseñar a los fiscales a evitar las sentencias de cárcel?»

(No pude evitar notar que cada uno de los escritores citados más arriba son mujeres. Entonces, la buena noticia es que no tenemos escasez de voluntarias para las cárceles).

Las “alternativas a la prisión” nunca han funcionado, nunca funcionarán, y a los progre urbanitas no les importa que no funcionen. Simplemente no quieren que los delincuentes estén en prisión. ¿Cómo van a querer eso cuando tienen tanto en común, especialmente sus valores morales? No hago yo mucha distinción entre un delincuente ladrón violento y violador y sus defensores.

El propósito de un buen sistema de justicia penal es encerrar a los malos, no permitir que los progreurbanitas se sientan bien consigo mismos. (Y menos aún para garantizar que todas las etnias sean encarceladas en los mismos porcentajes exactos).

De hecho, ahora que lo pienso, separar a los delincuentes de los honrdos es la responsabilidad más básica de un gobierno. También es el único programa estatal en el que la progresía de cine, de repente, se convierten en conservadores fiscales duros. Solo en este caso, obtenemos de ellos desgloses detallados sobre los costes de las cárceles. ¿Cuánto cuestan los colegios públicos? ¿Qué tal el costo de la vivienda subvencionada para estadounidenses sin discapacidad (pero que no trabajan)? ¡Hay millones de estos! ¿Qué nos dicen sobre los cupones de alimentos? ¿Qué tal las interminables capas de «trabajadores sociales» y agentes del IRS?

Mientras tanto, no pocos destacados demócratas se están lamentando sobre el hecho de que muchos americanos han sido indiferentes al ataque contra el marido de Nancy Pelosi. ¿Por qué ibamos a lamentar un hecho provocado por ellos mismos? ¿Por qué no nos permiten hacer preguntas relevantes? ¿Qué relación tenía Paul Pelosi con el delincuente? ¡Quién sabe si hasta fuera un «chico de pago», ajem. En todo caso, repito lo que dijo el gran gobernador de Virginia, que provocó la ira de la progresía: «Condenamos la violencia, pero pronto el día 8 de noviembre vamos a mandar a Nancy Pelosi a su casa en California, así podrá estar con su marido».

Los demócratas no pueden cambiar y no cambiarán, solo pueden ser derrotados en las urnas. (Incluso eso es solo un comienzo). Si alguna vez quieres volver a salir de tu casa, sin temor a que violen tu cuerpo o propiedad, vota republicano el 8 de noviembre. El camino hacia adelante tendrá que ser una separación clara, un divorcio si así lo prefieren decir, entre los ciudadanos de bien en estados que respeten la constitución, contra aquella «nueva» América extranjerizante, globalizadora, mundialista y totalitaria. Los estados republicanos deben hacer todo lo posible para no cumplir las directrices de Washington D.C. y defender la libertad. Si eso significa un divorcio, un conflicto civil, que así sea. Los protestantes no somos ajenos a los conflictos civiles ni a las guerras, y si tenemos que una vez más ir a la guerra para defender lo que es legítimamente nuestro, nuestras libertades, así lo haremos.


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