En posts anteriores hemos hablado de diferentes formas de cuidado, el cuidado en la alimentación, el cuidado en la pareja…pero ahora vamos a dedicar un tiempo al cuidado a uno mismo, que muchas veces lo dejamos relegado a último lugar y esto nos ocasiona múltiples dificultades en nuestro funcionamiento diario.
Comenzamos con algo que se considera básico, la autoestima. Podríamos definirla como un conjunto de percepciones, juicios, afectos pensamientos e imágenes sobre uno mismo. Sería la visión subjetiva que tenemos de nosotros mismos y de nuestras capacidades; como nos vemos a nosotros mismos, como nos juzgamos en los distintos aspectos de nuestra vida. Esta se basa en todos aquellos pensamientos, sentimientos y experiencias que hemos ido recogiendo a lo largo de nuestra vida.
Está comprobado que entre la autoestima y el estado de ánimo existe una relación muy directa, de tal manera que cuando existe una adecuada autoestima, es mucho más probable que vaya acompañada de un sentimiento de bienestar, mientras que cuando hay un déficit de autoestima, este produce un sentimiento de malestar con uno mismo y bajo estado de ánimo, lo que se refleja en nuestro día a día y en nuestro entorno social.
La autoestima, es algo que va más allá del mero reconocimiento de nuestros aspectos positivos y que supone una aceptación de nosotros mismos, tanto en nuestras cualidades positivas como en las negativas. Supone, aceptarse tal y como uno es, con sus virtudes y sus defectos, sin estar valorándonos continuamente ni comparándonos con los demás. Conlleva, pues, la autoaceptación y el respeto a uno mismo, el perdonarse los propios defectos y el tener la seguridad y confianza en uno mismo en términos generales, sin pretender tampoco tenerla en todo momento y situación. Supone también el conocer y valorar nuestros puntos fuertes, para seguir trabajando en ellos y saber sacarles el mayor partido posible.
La persona solo puede quererse a sí misma si admite sus propias limitaciones y defectos como algo natural y propio del ser humano. De esta manera, puede fracasar y sentirse desilusionado y frustrado por ello, pero sin perder el respeto por sí mismo y en consecuencias sin que el fracaso suponga una merma de su autoestima.
El desarrollo de una buena autoestima conlleva de manera necesaria el desarrollo muchos aspectos, teniendo un equilibrio entre cualidades positivas y limitaciones propias.
En los siguientes posts vamos a ir desgranando estos diferentes aspectos para tener una idea más clara.
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