Cuidar tu dieta cuida tus senos

Una de las razones por la que debes vigilar lo que comes es obvia: el peso. Manteniendo un peso saludable reduces tus riesgos de cáncer al seno.(recuerda, menos estrógeno circulando y alimentando tumores). Pero también hay una serie de alimentos que pueden combatir o estimular la producción de cáncer de seno. Dos que han mostrado ser muy buenos últimamente el pescado (sobre todo el salmón, la sardina y el atún) y los frijoles.
El poder de los pescados está en sus ácidos Omega 3, tan eficaces combatiendo el cáncer, que los científicos lo están usando ahora para, combinados con otros compuestos como el propofol, desarrollar nuevos medicamentos contra la enfermedad. La poderosa combinación de antioxidantes, fibra y fitoestrógenos que hay en los frejoles parece ser la responsable de su ya probado poder anticancerígeno. Una investigación recientemente publicada en el Internal Journal of Cancer mostró que las mujeres que comen frijoles o lentejas dos o más veces a la semana tienen un 34% menos de riesgos de desarrollar cáncer de seno.
Y lo que comes ahora y lo que comerás en el futuro no es lo único que cuenta. Lo que comiste en el pasado, incluso cuando eras niña, también puede elevar tus riesgos. Otra investigación realizada por el Brigham and Women Hospital, en Boston, publicada en el International Journal of Cancer, acaba de concluir que si comiste muchas papas fritas durante tus años preescolares, al alcanzar la adultez tus posibilidades de tener cáncer de seno son mucho mayores, tanto como un 27% más de riesgos por cada ración adicional de papas fritas que comiste a la semana. ¿Son las papas las culpables? No, no es en ellas donde está el problema, sino en su proceso de preparación, usando grasa saturada y rica en ácidos transgrasos.