Lo más interesante del método Kaizen es que te invita a proponerte objetivos tan pequeños, que fallar se vuelve prácticamente imposible. Es un modelo eficaz. No por nada fue la estrategia que siguieron los japoneses para convertirse en potencia mundial..
Tienes grandes sueños, objetivos por los que merece la pena el esfuerzo. Pero cuando miras dónde estás ahora y lo comparas con tus ambiciones, el hecho de alcanzar tus metas parece casi imposible, te parece un montaña enormemente alta. Esta es la razón por lo que la mayoría de gente relega a la categoría de 'sueños imposibles' su metas más altas, considerándolas inasequibles e inalcanzables, como un mero entretenimiento mental para huir de la dura realidad cotidiana. Pero si nos ponemos metas más pequeñas, recorridos más cortos en nuestros proyectos, será más fácil llegar a la meta que proyectemos.
El origen
El método Kaizen hunde sus raíces en el taoísmo. Kaizen (改善, cambio beneficioso o mejora en japonés), es un término que significa "mejoramiento continuo", y su aplicación se conoce por las siglas MCCT: "mejora continua hasta la calidad total". Es una filosofía que se asocia a la manera de trabajar de ciertos sistemas de producción industrial, tanto orientales como occidentales. El origen de la filosofía proviene de la cultura japonesa, donde se encuentra enraizado el concepto de que cada día debe contener en sí la posibilidad de una mejora.
El método Kaizen es un modelo de mejora continua que en principio se aplicó al mundo empresarial. Sin embargo, resultó tan funcional que poco a poco fue introduciéndose en otros ámbitos y hoy en día se aplica a prácticamente a todos los aspectos de la vida. En el método Kaizen la mejora no es un logro puntual, sino un proceso continuo, una forma de vida. Para muchos, fue este método el que logró convertir a Japón en una de las grandes potencias mundiales, luego de estar completamente devastado al finalizar la II Guerra Mundial.
Un pequeño paso puede cambiar tu vida
El principio que rige kaizen es que una serie de mejoras continuas y pequeñas es mejor y más efectiva que un solo cambio grande, y su enorme poder yace en su capacidad para sobrepasar nuestra respuesta natural al miedo y poner fin de este modo a postergar o retrasar nuestros nuestros deseos. En el centro del kaizen está la idea de que nuestro principal obstáculo es el temor al cambio, el vernos intimidados por un reto tan grande que podría hacernos fallar. Pero si cambiamos una enorme meta por una pequeña acción, ese impulso generador nos pone en movimiento y puede generar fuerza y energía suficiente para llevar a cabo nuestra meta final.
En el libro "Un pequeño paso puede cambiar tu vida", Robert Maurer narra la historia de una paciente con problemas graves de salud que necesitaba cambiar su vida sedentaria. Otros médicos le habían recomendado de manera enfática que debía hacer al menos media hora de ejercicio al día, pero siendo una madre trabajadora al borde de la pobreza, no tenía ni un minuto en el que no tuviera que estar corriendo de un lado al otro, y para cuando finalizaba sus tareas, sólo le quedaban energías para colapsar delante del televisor.
Maurer le pidió que hiciera un pequeño cambio: que caminara en el sitio, delante del televisor, un minuto al día. Por supuesto que esto no es ejercicio suficiente para curar un problema de salud, pero al mes de hacerlo, la mujer se había habituado, y podía seguir caminando en el sitio por cinco o diez minutos. Luego había perdido el miedo al ejercicio físico, y comenzó a usar las escaleras en vez del ascensor, y a incorporar otras formas de movimiento en su vida. Eso es kaizen: introducir cambios a nuestros hábitos de manera tan subrepticia que no tengan tiempo de defender su permanencia.
Este método puede aplicarse a cualquier área de la vida. Desde metas como bajar de peso, hasta objetivos como ser más feliz. Solamente con comenzar a implementarlo es posible que te sientas diferente. Que experimentes mayor control sobre tu vida y mayor optimismo para vivirla.
El primer paso es fundamental para emprender el camino hacia tus metas. Pero ese primer paso debe darse con una mentalidad positiva, con optimismo. Esa actitud debe mantenerse paso tras paso, debe ser el motor que mueva tus acciones y retoalimentarse con las pequeñas metas.