Manchester City tenía la obligación de ganar en su visita a Wigan si es que pretendía seguir siendo el único puntero de la Premier League. Mancini dispuso a Agüero y a Dzeko en la ofensiva, y a Nasri y Silva como asistidores por las bandas.
La supremacía del visitante fue notoria. Sobretodo en la primera etapa, donde Wigan, con Rodallega y Moses arriba complicó poco y nada al arquero Hart.
A los dirigidos por Mancini le bastaron un par de llegadas para ponerse en ventaja y, de ahí en más, controlar el partido. Una aparición del bosnio, a los 22 minutos de la primera etapa, luego de un centro de Nasri selló el marcador.
Una gran apilada de Agüero, que se sacó de encima a tres jugadores dentro del área, podía haber quedado como el gran gol del año (y eso que recién llevamos unos días), pero se diluyó debido a un cruce con Dzeko.
Los citizens pudieron haberse ido amargados, pero Hart se hizo grande en un mano a mano McCarthy, en lo que fue la única clara que tuvo el local en el partido.
Al fin y al cabo, un examen fácil para un equipo que, el próximo domingo, deberá afrontar una parada clave en el camino por el campeonato, el rival será el siempre complicado Tottenham.