En la cita estuvieron un general cubano y los jefes de los entes de transmisión de datos electorales; se habló de «retocar» resultados y de un apagón de internet
Tupamaros presentes en mess electorales enviados por Cabello
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La tensión va en aumento en el seno de la cúpula militar y de seguridad chavista ante el posible recurso a la violencia y el fraude electoral, que internamente son vistos como necesarios si el Gobierno desea a toda costa proclamarse vencedor en las elecciones de hoy. Las diferencias quedaron de manifiesto en una reunión de urgencia convocada el jueves por Nicolás Maduro en Fuerte Tiuna, el principal complejo militar de Caracas, ante la persistencia de las malas encuestas para el Gobierno, una de ellas llevada a cabo en los cuarteles.
El encuentro fue presidido por Maduro, que estuvo acompañado por Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional. Según precisa la minuta de la reunión elaborada por personal de inteligencia, en la cita estuvieron el ministro de Defensa y todos los integrantes del Alto Mando Militar, así como el comandante de la región estratégica (REDI) central, los jefes del servicio de inteligencia (Sebin) y de la contrainteligencia militar y el ministro de Interior. También acudió un general cubano.
De acuerdo con la minuta de la reunión, confirmada por otra fuente conocedora de lo que se trató en ella, la discusión giró especialmente en torno a las encuestas de cierre de campaña y los escenarios tras las elecciones. Todas las encuestas que se analizaron eran «demoledoras» para el Gobierno. Dos de ellas, cerradas el día anterior, habían sido hechas por el Sebin y por la Dirección General de Contrainteligencia Militar. En concreto, el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, se refirió al sondeo realizado entre la Fuerza Armada Nacional(FAN), que arrojó la misma ventaja opositora –casi 35 puntos de diferencia– que indican las encuestas generales.
Padrino López entonces comentó a Maduro que, teniendo en cuenta ese estado de opinión de las fuerzas armadas, era «peligroso» llevar a cabo «retoques» de los resultados electorales, pues los militares integrantes del Plan República (el despliegue de seguridad durante la jornada electoral) tienen normalmente acceso al detalle de la totalización de votos y esta vez podrían no admitir el fraude.
Esas fuentes de inteligencia aseguran que el Alto Mando Militar se manifestó básicamente en la línea del titular de Defensa, salvo el comandante general de la Armada, almirante Franklin Montplaisier, y el comandante general de la Guardia Nacional, el mayor general Néstor Reverol. Ambos dijeron estar «dispuestos a todo» y varias veces repitieron que había que garantizar la revolución «como sea».
Discusión
Se produjo un momento de tensión cuando Cabello advirtió que lo que en las elecciones está en juego es «el futuro de la revolución y la cabeza de todos los presentes».
El ministro de Defensa contestó que su compromiso era salvar la institucionalidad de la FAN con la «correcta ejecución, primero, del Plan República, y luego, en caso de una grave alteración del orden público, la restitución del mismo». Añadió que lo que estaba en juego era el cumplimiento de la Constitución y recordó que el propio Hugo Chávez tuvo que admitir la derrota cuando su propuesta de reforma constitucional fracasó en el referéndum de 2007. En su réplica, Padrino López indicó que las responsabilidades son individuales y que él asumiría las suyas.
A la reunión de Fuerte Tiuna acudieron también el jefe de la campaña electoral chavista y alcalde de Caracas, Jorge Rodríguez; el ministro de Energía Eléctrica, y los responsables de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) y de Cantv, principal empresa de telefonía del país, cuya red es utilizada para la transmisión de los datos electorales. La inclusión de esas últimas personas se debía a que, entre otras cosas, iba a tratarse sobre posibles cortes de luz y de internet como tácticas para dificultar el voto opositor y propiciar el fraude.
Laposibilidad de que el chavismo recurra a la violencia, tanto durante la jornada electoral para evitar la movilización opositora (grupos paramilitares ya han comenzado a actuar), como después para reprimir acciones de protesta, está movilizando a la comunidad internacional. Estados Unidos ha hecho llegar al Gobierno venezolano que no tolerará derramamiento de sangre.
Washington también ha dado a entender que si bien Barack Obama no ha hecho un pronunciamiento formal al respecto, vino a hablar a través de David Cameron, primer ministro británico, quien en un artículo firmado junto con su homólogo español, Mariano Rajoy, pedía «elecciones libres, transparentes y en paz». ABC.ES