Curación con cromoterapia

La aplicación de los colores en el tratamiento y la curación de distintas enfermedades es una tradición bastante antigua en la humanidad. Este sistema, conocido como cromoterapia, casi siempre se emplea en combinación con otros sistemas de curación por medios naturales. Los partidarios de la cromoterapia afirman que la efectividad de esta terapia alternativa radica en aportar al organismo uno o más de los colores que le estén faltando en ese momento, restituyendo el equilibrio perdido.

En la cromoterapia los colores tienen significados muy específicos y están asociados a diferentes enfermedades o afecciones. El color rojo, por ejemplo, es uno de los que están relacionados con el sistema circulatorio y con la presión arterial. Es dador de calor. Se lo utiliza sobre todo en casos de presión arterial muy baja, anemia, parálisis en distintas zonas del cuerpo y reumatismo. El naranja, en cambio, es muy valorado por sus excelentes efectos para estimular los nervios y mejorar problemas como cálculos en los riñones y hernias. Este color es el indicado para las mujeres que están dando de mamar y deben incrementar su producción de leche.

El color verde es uno de los más utilizados en los tratamientos de gripe, resfriados, cáncer, enfermedades inflamatorias, úlcera y problemas sexuales. Con el color azul se puede reducir notablemente el dolor de diferentes heridas, los sangrados, y ayuda en la recuperación de quemaduras. El violeta, en cromoterapia, es uno de los colores que ayuda a mejorar en caso de problemas emocionales, estados nerviosos y problemas como el insomnio. El amarillo, finalmente, se aplica en curas de estreñimiento, diabetes y problemas de garganta (también se lo usa como diurético natural). La cromoterapia también se combina con una exposición periódica a los rayos solares (siempre en los períodos más seguros, por fuera de las 10 y las 16hs).