En abril de 2006, la Asamblea General de las Naciones Unidas creó el Consejo de Derechos Humanos para promover la protección de los derechos humanos en todo el mundo. El Consejo sustituyó a la desacreditada Comisión de Derechos Humanos de la ONU que, según el secretario general de entonces, Kofi Annan, se había convertido en un lugar donde los Estados buscaban la membresía “no para fortalecer los derechos humanos sino para protegerse contra las críticas o para criticar a otros”.
La Resolución 60/251 de la Asamblea General estableció el Consejo para que:
• se ocupara de las situaciones en que se violen los derechos humanos, incluidas las violaciones graves y sistemáticas;• contribuyera a prevenir las violaciones de los derechos humanos; y• respondiera con prontitud a las situaciones de emergencia en materia de derechos humanos.
Según Human Rights Watch, cuatro años después y pese a este mandato explícito, el Consejo ha fallado a la hora de responder a una gran mayoría de las crisis que ha afrontado en materia de derechos humanos y situaciones graves de violaciones que necesitan su atención, lo que pone gravemente en duda su credibilidad. Aunque el Consejo fue establecido para que actuara como el principal organismo multilateral de la ONU concentrado en temas de derechos humanos, no ha sido capaz de tener un impacto significativo en lugares como Afganistán, Guantánamo, Irán, Sri Lanka, Uzbekistán y Zimbabue. La mayoría de las situaciones en las que ha intervenido el Consejo son aquellas heredadas de la Comisión, e incluso en esos casos la respuesta del Consejo ha sido a menudo más débil que la de su organismo predecesor.
Con el fin de cumplir con su mandato y conservar su credibilidad, el Consejo de Derechos Humanos necesita encontrar una manera de tener un impacto real en las vidas de las personas cuyos derechos humanos sean violados y debe hacerlo ya mismo.
A continuación el Informe:
Curando el síndrome de la selectividad. La revisión de 2011 del Consejo de Derechos Humanos Iusconstifil