Curcuma longa, de nombre común cúrcuma, es una planta herbácea de la familia de las zingiberáceas nativa del suroeste de la India, cuyas propiedades fueron utilizadas por primera vez entre los años 610 a.C. y 320 a.C. En aquella época se utilizaba como colorante textil, aunque también se usaba para colorear partes del cuerpo.
La cúrcuma lleva más de dos mil años mencionándose en textos médicos de la India, China, Tíbet y Oriente Medio.
La raíz de la cúrcuma da un polvo amarillo que constituye la principal especia del curry. Precisamente debido a su color se dice de él que es
El oro en polvo que combate el cáncer
Es uno de los ingredientes más comunes de la medicina Ayurvédica por sus propiedades anti-inflamatorias. La principal molécula responsable de dicho efecto es la curcumina.
Algunos estudios, como el del profesor Bharat Aggarwal, del M.D. Anderson Cancer Center de Houston, hablan de las propiedades anti-cancerígenas de esta planta. La curcumina, el principio antitumoral de la cúrcuma, es capaz de frenar el crecimiento de algunas células tumorales.
Además:
- Es un excelente antioxidante
- mejora el funcionamiento del hígado, y
- es útil en disminuir los niveles de colesterol LDL (negativo).
- Además parece tener efectos beneficiosos sobre nuestro sistema nervioso y sobre la artritis (debido a su poder antiinflamatorio).
- Se usa para prevenir otras enfermedades, como las cardiovasculares o el Alzéhimer.
La cúrcuma es una de las especias que se viene utilizando desde hace siglos como condimento, tinte y estimulante medicinal. Es un buen sustituto de los colorantes alimentarios artificiales y de hecho la mejor forma de absorber la cúrcuma es utilizándola como colorante en las comidas.
Si además la mezclamos con un poco de pimienta negra (como se usa siempre en el curry), sus propiedades se multiplican por dos mil.
Su eficacia también aumenta si se toma junto al té verde.