El día no es para ellos, nuestra ave de hoy prefiere dormir mientras el sol trabaja para aprovechar mejor la noche, en primer lugar dije ave porque no es un pájaro, no pertenece al orden de los Passeriformes, se encuentra ubicado dentro de los No Passeriformes / Caprimulgiformes, el cual se divide en dos familias (Nyctibiidae (el Urutaú por ejemplo) y Caprimulgidae (curiangos y atajacaminos).
26 especies de Atajacaminos habitan América del Sur, entre ellos el Curiango, el que volvemos a presentar hoy luego de mucho tiempo, y con fotos que lo muestran con todos sus detalles; transcurrió bastante tiempo en el cual aprendimos a buscarlos y como acercarnos a ellos, provistos de linternas y gracias a la ayuda del amigo Luis Krause quien nos dio una gran mano con una linterna de mayor potencia, encontramos a varios individuos en el camino de acceso al Club Refugio Ombú, uno de ellos nos permitió obtener estas dos imágenes que compartimos hoy con ustedes.
Willy lo fotografió un poco mas de frente, en la foto en esta foto se alcanzan a apreciar mejor las vibrisas( filoplumas) al costado del pico, las que sirven de mucha para detectar insectos en vuelo.
En lengua Guaraní se los conoce como yvyja’u (que come o chupa tierra), guyra tape (pájaro del camino o sendero), guyra keraná (pajaro dormilón) o pájaro ateí (pájaro haragán), entre otros tantos. Esta familia está representada en la provincia de Misiones por trece especies; y si están con ganas de leer un poco mas les dejo también la Leyenda del atajacaminos.
Como un fantasma en un vuelo
que asusta a los peregrinos
rara avecilla del pago
el dormilón del camino.
Y una creencia en mi tierra
que los abuelos no olvidan,
el que caza un dormilón
tendrá sueño de por vida.
Tiene la cola horquillada
y un bigotito de plumas,
tranquila durante el día
pero la noche la abruma.
Cuenta una vieja leyenda
que te triste fue su destino,
se enamoró de un cantor
amante de los caminos.
El joven partió una noche
ardiente de un viejo enero,
la niña quiso seguirlo
corriendo por el sendero;
pero no pudo alcanzarlo
y allí le crecieron alas
hoy es un vuelo en las sendas
buscando al gaucho que ama.
Si el gurisito ha pasado
una noche desvelada,
un huevo de dormilón
ponele bajo la almohada.
Y así cuenta la leyenda
de la niña y su destino,
quedó llorando el adiós
de aquel gaucho peregrino.
Actualizo también el canto del Curiango ya que la entrada anterior del blog es del año 2010.