Después de un reciente reseteo del ordenador de abordo por un problema desconocido que tuvo a la Curiosity en modo seguro unos días, volvemos a las andadas.
Esta vez el problema reside en una bajada del voltaje que alimenta los instrumentos del rover.
Según declaraciones de Jim Erickson el vehículo está a salvo y estable, con todas sus capacidades conservadas pero a la espera de que se investigue el origen del nuevo problema.
La fluctuación de voltaje fue detectada entre el chasis y el generador de 32 voltios que distribuye la electricidad a todos los sistemas del vehículo el día 17 de Noviembre. Desde el aterrizaje el nivel ha estado sobre los 11 voltios y ahora es de 4 voltios.
Este no es el primer episodio de bajada de voltaje que sufre el robot. Hubo otro nada más aterrizar en el cráter Gale.
La buena noticia es que el rover está diseñado para trabajar con menos voltaje del actual y por ahora no afectará a las operaciones diarias.
La mala noticia es que una nueva bajada de la tensión podría terminar con la misión prematuramente. El problema se sitúa a largo plazo ya que la misión está diseñada al menos para durar 2 años como poco.
En los próximos días veremos los resultados de la investigación.