Cómo enamorada de la cocina hindú no podía faltar aquí una de las recetas que más me gustan con diferencia; ese plato con el que sueño y que me hace la boca agua y el cual puedo pedir en sus una y mil variedades cuando voy a un restaurante Hindú. Os estoy hablando del famosísimo curry.
Normalmente solemos pensar que el curry hace referencia a una especia denominada con el mismo nombre, cuando realmente el curry es una mezcla de especias aromáticas cuya base principal suele ser la cúrcuma, en el caso del curry amarillo, que lo tiñe de este color. Otras de las especias que suelen formar parte de los currys son algunas cómo el cilantro, el comino o la alholva, así cómo el ajo, semillas de hinojo, canela, clavo, semillas de mostaza, cardamomo verde, cardamomo negro, macis, nuez moscada, pimienta roja, pimienta larga y pimienta negra.
Los platos de curry suelen ser muy variados y normalmente acompañan a una proteina, así sea pollo, ternera, cordero, cerdo, langostinos.. etc. Por lo tanto podremos cocinar “currys , curries o curris” de infinidad de especias y denominarlos cómo nos plazca. Curry rojo, curry verde, o curry amarillo son los típicos que podremos encontrar en cualquier restaurante Hindú. Las propiedades de la cúrcuma y el jengibre, base del curry amarillo que utilizaremos en nuestra receta (yo añadí también la cúrcuma por separado,que compré en una tienda Hindú) son más beneficiosas de lo que podamos imaginar.
“La cúrcuma es un potente antiinflamatorio muy usado en la cocina hindú y en la medicina ayurvédica. Es el componente que le da el color amarillo al curry. Tiene un sabor entre amargo y picante. El principio antitumoral de la cúrcuma es la curcumina, capaz de inhibir el crecimiento de muchos tipos de células tumorales (ovario, mama, colon, hígado, pulmón, páncreas, estómago, vejiga, etc). (Fuente: Mis recetas anticáncer)” “ Las múltiples virtudes que se atribuyen al jengibre se deben sobre todo a su riqueza en aceites volátiles. También posee sustancias fenólicas, enzimas proteolóticas, ácido linoleico, vitaminas (especialmente vitamina B6 y vitamina C) y minerales (calcio, magnesio, fósforo y potasio) (Fuente: Cuerpo mente)”
El curry que preparemos tendrá textura de pasta y será el elemento principal de nuestra receta, por lo que lo haremos con mimo y esmero para que tenga el sabor adecuado, según nuestros gustos. Aunque parezca algo laborioso, es rapidísimo de preparar. Yo utilicé una mezcla de especias de curry de la marca Ducros que me gusta bastante, y no añaden aditivos. También utilicé un super alimento cómo es la leche de coco, que la podéis encontrar en muchos supermercados con sección internacional, ya que suele utilizarse en la cocina asiática.
“Además de estimular el metabolismo, la leche de coco ayuda a equilibrar los niveles de azúcar en la sangre evitando picos de insulina, es un laxante suave y natural, contiene ácidos grasos tales como; láurico, cáprico y caprílico, los cuales presentan propiedades anti fúngicas, antibacterianas y antivirales, por lo tanto pueden aumentar la función inmune.
Además, la leche de coco contiene cinetina ribósido, un compuesto que ha demostrado ser efectivo para inhibir el crecimiento de las células cancerígenas. (Fuente: Alimentos para curar) “
Ingredientes
1. En primer lugar prepararemos nuestro curry. Para ello cortaremos las peras, el ajo y la cebolla en trocitos pequeños y pondremos a calentar una cucharada de aceite de coco u oliva en un cazo. Cuando el aceite esté caliente añadimos los trozos de cebolla, ajo y pera y cocinamos a fuego medio-alto durante aprox. 10 minutos o cuando la cebolla se empiece a poner transparente.
2. A continuación añadiremos todas las especias. Una cucharilla de café de curry, otra de cúrcuma, 5 clavos y una rama de canela. Añadiremos 125 ml de agua aprox. y removemos para integrar todo. Dejaremos cocer a fuego medio durante otros 10 minutos, tras los cuales retiraremos la rama de canela, que reservamos para decorar y trituraremos todo, para conseguir finalmente la “pasta de curry”. Digo 125 ml de agua aprox. porque dependerá del tamaño de vuestras cebollas y peras (refiriéndome a la fruta :) ). Sólo recordar que debe quedar una pasta, por lo que mejor añadir de menos que de más, y que finalmente la textura sea densa.
3. Mientras se cocinaban los ingredientes de la pasta, podremos ir pasando por una sarten con aceite caliente el pollo a taquitos y las setas, con el fin de sellar y marcar ambos, pero no cocinar del todo, ya que los cocinaremos después con el curry. Salpimentamos y reservamos.
4. En esa misma sartén y con el fuego bajo, añadiremos la pasta de curry. Enseguida empezará a hervir, momento en el cual añadiremos el contenido de la lata de leche de coco. Removeremos bien y corregiremos de sal (herbamare) o curry, si estuviera demasiado dulce. La mía tuve que corregirla un poco de sal y un poco de curry y conseguí el sabor que quería.
Añadiremos el pollo y las setas y coceremos durante 25 minutos a fuego medio-alto o hasta reducir la salsa en la medida que queramos. Es decir, que la salsa sea más o menos líquida; cuanto más tiempo más reducirá y más espesa será.
5. El resultado final fue éste, el cual podéis acompañar de arroz basmati o redondo, quinoa, bulgur (en mi caso) .. etc. Yo utilicé la ramita de canela para adornar el acompañamiento.
¡Espero que os guste! :) ¡Probarlo y me contáis!
¡Feliz fin de semana! :)