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Cyberacoso: qué es y cómo prevenirlo

Por Mamikanguro @MamiKanguro

Ya les he contado en otras oportunidades cómo me asusta que sea tan normal que niños menores de diez años ya formen parte de las redes sociales. Sin ir más lejos, mi hija mayor de 9 años me reclama que no la dejo usar Facebook, es una de las pocas que no tiene en su grado (son 28 niños y solo 5 no usan esta red social). No voy a entrar en polémica en este post, ya que cada padre cría a sus hijos de la manera en que quiere, pero de lo que si me gustaría hablar es del ciberacoso: lamentablemente va en aumento y ya se ha cobrado muchas vidas al rededor del planeta.

Entereate qué es el ciberacoso, y qué podés hacer para prevenirlo.

Cyberacoso: qué es y cómo prevenirlo

Qué es el ciberacoso (Cyberbulling)

Ciberacoso (también llamado cyberbullying por su traducción al inglés) es el uso de información electrónica y medios de comunicación tales como correo electrónico, redes sociales, blogs, mensajería instantánea, mensajes de texto, teléfonos móviles, y websites difamatorios para acosar a un individuo o grupo, mediante ataques personales u otros medios. Puede constituir un delito penal. El ciberacoso es voluntarioso e implica un daño recurrente y repetitivo infligido a través del medio del texto electrónico. Según R.B. Standler1 el acoso pretende causar angustia emocional, preocupación, y no tiene propósito legítimo para la elección de comunicaciones. El ciberacoso puede ser tan simple como continuar mandando e-mails a alguien que ha dicho que no quiere permanecer en contacto con el remitente. El ciberacoso puede también incluir amenazas, connotaciones sexuales, etiquetas peyorativas (p.ej., discurso del odio).

Es el proceso por el cual un individuo o grupo de individuos aplican violencia –psíquica o física– en pequeñas dosis a otro individuo con la intención de desestabilizarlo y hacerlo dudar de sus propios pensamientos y afectos. De esta forma se arrebata al otro su identidad, se niega y elimina la diferencia con el otro.

El objetivo de esta conducta es paralizar a la víctima para evitar que surja el conflicto, para que no pueda pensar ni comprender, mantenerla a disposición del agresor mientras sea útil y adoctrinarla. El proceso pretende pervertir moralmente a la víctima y destruirla lentamente para conseguir un crimen perfecto, se elimina a la víctima por inducción al suicidio o violencia física.” Acoso moral es toda conducta abusiva –verbal o no verbal– que atenta por su frecuencia y repetición contra la dignidad o integridad psíquica o física de una persona.

Al ser un problema relativamente reciente, para muchas víctimas el ‘ciberacoso’ significa vivir bajo terror durante varios meses antes de decidirse a buscar ayuda. El problema se agrava aún más, cuando después de decidirse a buscarla, pocas personas saben a donde acudir.

Para identificar el acoso, Heinz Leymann, un psicólogo nórdico de los años ochenta, estableció tres elementos diferenciadores: la frecuencia, la continuidad en el tiempo y la concurrencia de uno o varios de los hechos enumerados.

Características del ciberacoso

  • Requiere destreza y conocimientos sobre Internet. Esta información la obtiene principalmente de foros informáticos.
  • Falsa acusación: La mayoría de los acosadores intentan dañar la reputación de la víctima manipulando a gente contra él.
  • Publicación de información falsa sobre las víctimas en sitios web. Pueden crear sus propias webs, páginas de redes sociales (páginas de Facebook), blogs o fotologs para este propósito. Mientras el foro donde se aloja no sea eliminado, puede perpetuar el acoso durante meses o años. Y aunque se elimine la web, todo lo que se publica en Internet se queda en la red.
  • Recopilación de información sobre la víctima: Los ciberacosadores pueden espiar a los amigos de la víctima, su familia y compañeros de trabajo para obtener información personal. De esta forma saben el resultado de los correos difamatorios, y averiguan cuales son los rumores más creíbles de los que no crean ningún resultado.
  • A menudo monitorizarán las actividades de la víctima e intentarán rastrear su dirección de IP en un intento de obtener más información sobre ésta.
  • Envían de forma periódica correos difamatorios al entorno de la víctima para manipularlos.
  • Manipulan a otros para que acosen a la víctima. La mayoría tratan de implicar a terceros en el hostigamiento. Si consigue este propósito, y consigue que otros hagan el trabajo sucio hostigándole, haciéndole fotos o vídeos comprometidos, es posible que use la identidad de éstos en las siguientes difamaciones, incrementando así la credibilidad de las falsas acusaciones, y manipulando al entorno para que crean que se lo merece. A menudo la víctima desconoce la existencia de estos hechos, debido al silencio de los testigos. Incluso el acosador puede decir que la víctima ya conoce estas fotos/vídeos, para intentar evitar que algún testigo le informe; incrementando así las sospechas y creando una falsa paranoia en la víctima.
  • El acosador puede trasladar a Internet sus insultos y amenazas haciendo pública la identidad de la víctima en un foro determinado (blogs, websites), incluso facilitando en algunos casos sus teléfonos, de manera que gente extraña se puede adherir a la agresión.
  • Quizá acuse a la víctima de haberle ofendido a él o a su familia de algún modo, o quizá publique su nombre y teléfono para animar a otros a su persecución.
  • Falsa victimización. El ciberacosador puede alegar que la víctima le está acosando a él.
  • Ataques sobre datos y equipos informáticos. Ellos pueden tratar de dañar el ordenador de la víctima enviando virus.
  • Sin propósito legitimo: quiere decir que el acoso no tiene un propósito válido, sino aterrorizar a la víctima y algunos acosadores están persuadidos de que tienen una causa justa para acosarla, usualmente en la base de que la víctima merece ser castigada por algún error que dicen que ésta ha cometido.
  • Repetición: quiere decir que el ataque no es un sólo un incidente aislado. Repetición es la clave del acoso en línea. Un ataque en línea aislado, aún cuando pueda estresar, no puede ser definido como acoso cibernético.
  • Desamparo legal de estas formas de acoso, ya que aunque cierren una Web con contenido sobre la víctima, puede abrirse otra inmediatamente.
  • Es un modo de acoso encubierto.
  • Es un acto de crueldad encubierta.
  • El acoso invade ámbitos de privacidad y aparente seguridad como es el hogar familiar, desarrollando el sentimiento de desprotección total.
  • El acoso se hace público, se abre a más personas rápidamente.
  • No necesita la proximidad física con la víctima. El ‘ciberacoso’ es un tipo de acoso psicológico que se puede perpretar en cualquier lugar y momento sin necesidad de que el acosador y la víctima coincidan ni en el espacio ni en el tiempo. Por ejemplo, quien abusa puede mandar una amenaza desde cientos de kilómetros a medianoche y quien lo recibe lo hará a la mañana siguiente cuando abra su correo electrónico.

La omnipresencia y difusión instantánea de internet provoca que el ‘ciberacoso’ pueda llegar a ser tan o más traumático que el acoso físico.

Por otro lado, “la fácil agrupación de hostigadores, a quienes se puede pedir su colaboración de manera fácil y económica, sean personas conocidas o no y la cómoda reproducción y distribución de contenidos de carácter audiovisual son otros factores que en determinadas circunstancias resultan determinantes para que surja o se consolide una situación de ‘ciberacoso’”.

El ‘ciberacoso’, al tratarse de una forma de acoso indirecto y no presencial, el agresor no tiene contacto con la víctima, no ve su cara, sus ojos, su dolor, su pena, con lo cual difícilmente podrá llegar a sentir empatía o despertar su compasión por el otro. El ciberacosador obtiene satisfacción en la elaboración del acto violento y de imaginar el daño ocasionado en el otro, ya que no puede vivirlo in situ.

Tipos de ciberacoso

Se pueden distinguir tres tipos principales de ciberacoso:

  • Ciberacoso: Acoso entre adultos. La víctima y el ciberacosador son mayores de edad.
  • Ciberacoso sexual: Acoso entre adultos con finalidad sexual.
  • Ciberacoso escolar: (o ciberbullying de la traducción del inglés cyberbullying) Acoso entre menores.

Procedimiento del acosador

La mayoría de los modelos explicativos del comportamiento psicopático del acosador tienen en común la presencia en la raíz de su patología de profundos y ocultados sentimientos de inadecuación personal y profesional procedentes de diferentes causas. Esos sentimientos, conocidos como vulgarmente <<complejo de inferioridad>>, son reprimidos en lo profundo del inconsciente y hacen que el acosador reaccione de manera violenta contra todo lo que pueda recordárselos o sugerírselos. La solución del hostigador consiste en lugar de elevar sus propios niveles de autoestima, en rebajar los de los demás hasta lograr dejarlos por debajo de los suyos. Con ello obtiene la compensación de quedar por encima de ellos mediante la ridiculización, la humillación o la hipercrítica sistemática de todo cuanto hacen o dicen las víctimas.

El análisis transaccional explica que el acosador en serie presenta un tipo de posición vital que se podría denominar <<Yo estoy mal, tú estás bien>>. Dicha posición viene significada por la carencia de habilidades y destrezas, así como por los sentimientos de inadecuación del hostigador. El comportamiento hostigador representa una forma de liberarse de los sentimientos profundos de malestar que proceden de su interior mediante la eliminación de otra persona, la víctima, que sí está dentro de una posición vital correcta del tipo <<Yo estoy bien, tú estás bien>>, pero que rápidamente empieza a pasar a la posición de <<Yo estoy bien, tú estás mal>>, hasta llegar a lo que el hostigador quiere, es decir, a adoptar su misma posición enfermiza: <<Yo estoy mal, tú estás mal>>.

El acosador es un ‘depredador moral’ que plantea su relación con los demás como un juego mortal, una partida de ajedrez en la que él mueve las piezas de los dos jugadores, lo primero que hace es atar las manos del otro jugador.

El acosador suele ir perfeccionando ‘su técnica’ con cada una de sus víctimas (acosa en serie y de forma múltiple), un acosador experimentado no comete errores, usa colaboradores para el trabajo sucio, no deja pruebas, es brutal y seguro en sus actuaciones, no duda.

La experiencia que adquiere en sus años de acoso le hace perfeccionar su técnica hasta convertirlo en un maestro de la inducción al suicidio. Se les considera asesinos psíquicos en serie. El acosador moral es un muerto en vida que necesita la imagen de buena persona que los demás tienen de él para sobrevivir, en su obsesión por mantener esta imagen se enmascara, se lava las manos, evita manchar sus manos de sangre y echa su responsabilidad a otros.

Las tres condiciones imprescindibles, sin las cuales un acosador no puede realizar su macabra labor de destrucción psicológica de la persona que ha seleccionado como objetivo son: el secreto, la vergüenza (culpa) de la víctima y los testigos mudos.

La manipulación

Una persona obra mal cuando ataca, desprecia, humilla la dignidad de otra. Esto crea un sentimiento de indignación a las personas que son testigo de un dolor injustificado y evitable. Cuanto más profunda sea la anulación de la dignidad de una persona, mayor maldad habrá en el comportamiento. La manipulación evita que surja esta indignación haciendo creer al entorno que la víctima lo merece.

Según Marina Parés Soliva en “Mobbing, Detección del acosador a través del lenguaje”, la manipulación del lenguaje es una herramienta propia del acosador psicológico, ya que pretende ocultar el ejercicio de la violencia y al mismo tiempo utiliza información privilegiada para dañar. Es necesario comprender su poder seductor. En el registro de la comunicación perversa, hay que impedir que el otro piense, comprenda, actúe; ya se trate de la víctima o del entorno.

Una de las artes que domina el acosador es la deformación de los procesos de comunicación. Las modalidades para distorsionar los hechos utilizados por los acosadores son muy variadas. La comunicación pervertida y deformada ayuda en el proceso de introyección de la culpabilidad de las víctimas.

Los acosadores se suelen apoyar en cuatro comportamientos para generar la culpabilidad en sus víctimas:

  • Selección. Escoge de manera sesgada un acontecimiento o situación, o una parte específica de éste, aislándola del resto. Se inventa todo lo demás, manipulando a su antojo los datos de la realidad.
  • Dramatización. Amplifica perversamente la repercusión del hecho aislado, inventando supuestos perjuicios y supuestas víctimas de ese hecho, inflando las consecuencias adversas o negativas o, simplemente, inventándoselas, situándose como primera víctima de ellas.
  • Generalización. Utiliza el hecho aislado, señalándolo como muestra significativa del general y habitual mal comportamiento profesional del acosado. Se trata de un indicador del <<mal>> desempeño habitual de la víctima.
  • Atribución: Atribuye a la víctima una intencionalidad perversa, o la presunción de mala fe o de actual mal adrede.

El acosador deriva de esa acusación aislada la atribución a las víctimas de rasgos internos indeseables. Se trata de un proceso conocido como <<satanización>>, que hace creer verdaderamente a las víctimas en esas imputaciones perversas hacia ellas. A fuerza de repetir la acusación y manipular la información, el acosador consigue que la víctima acepte sus acusaciones e introyecte la culpabilidad. Estas estrategias repetidas en el tiempo por el acosador son causales. Con ellas pretende lograr la paralización, la duda, la indecisión, la inseguridad emocional y, finalmente, la indefensión de la víctima ante sus ataques.

El acosador atribuye o “acusa” a la víctima de sus propias intenciones como si se tratara de un espejo y le atribuye sus propios defectos, errores y miedos. Es muy habitual que el acosador atribuya a la víctima actitudes de mala fe sin pruebas de ello. Una actitud abierta para detectarlo consiste en escuchar las intenciones que el acosador atribuye a la víctima, dado que nos darán los motivos íntimos del propio manipulador para acosar. El acoso no busca el daño por el daño, busca que este daño genere un resultado. El acosador usa el lenguaje para manipular y esta manipulación se concreta en el uso de la incongruencia y de la contradicción, y esos dos elementos están siempre presentes en todo discurso manipulador.

Si hay una ‘banda de colaboradores’, el proceso se acelera, la agresión física es más probable y la víctima sufre una doble victimización: una por su agresor, otra por el público que observa ya sea colaborador directo o consentidor. Influye también el que se consiga o no aislar efectivamente a la víctima, los apoyos de la familia, pareja, amigos y otros compañeros de trabajo son factores determinantes para la estabilidad psíquica de la víctima.

Ejemplos de manipulaciones del ciberacosador

  • Contactar con amigos, compañeros, familiares de la víctima diciendo que la víctima habla mal de ellos. Si los receptores están ocultando éstos hechos, dificultará que puedan averiguar si es cierto o no, creando un clima hostil y de desconfianza hacia la víctima. Puede haber espiado previamente a éstos, obteniendo información sobre la cuál luego se basan estas manipulaciones.
  • Usar las propias secuelas creadas en la víctima debido al ciberacoso (ver el siguiente apartado) como justificación de éste, y así conseguir que se adhieran los testigos al hostigamiento.

Casos reales

La escena se desarrolla en el interior del dormitorio de una niña de catorce años.  Es de noche y ya debería dormir, pero está conectada a un chat y mantiene la siguiente conversación con un desconocido:

- pues…tengo tu msn , tuenti y demas…/ si no quieres q la gente se entere…

– es k no me akuerdo de kien eres/ de donde eres y komo te llamas

– malote_boy/ de Fuenla

– ok y k kieres?

– tu quieres q todo tu tuenti , todo fuenla , todo madrid te vea la cara y las

tetas?

–No

– yo puedo subir las fotos a internet , pasar eventos en

tuenti a gente de fuenla y q corra como la polvora

– no no

– pues…vas a tener q poner la cam y jugar como yo t diga ok? [...] como

quieres hacer las cosas , por las wenas o por las malas?

– x las wenas

– nadie se enterara de las fotos/ y de tu carita NADIE/ asi q no llores vale?

– komo kieres k no llore…

(Conversación real de chat, proporcionada por la Guardia Civil y recogida en el informe de Save the Children Más allá de los golpes)

Está atrapada. Acorralada. Acosada en la Red. Sin salir de casa, mientras sus protectores padres ven la tele en el salón, la niña está viviendo una película de terror.

El ciberbullying es una forma reciente de acoso, relacionada con el uso de Internet. Es una variante del clásico matonismo, acoso entre iguales o bullying, y una de las muchas formas que adopta la violencia contra la infancia y la adolescencia. Según los datos de una amplia encuesta realizada en países en desarrollo, entre el 20% y el 65% de los niños encuestados dijeron haber sufrido acoso físico o verbal. Naciones Unidas también ha alertado de la frecuencia del acoso escolar en los países desarrollados.

En poco menos de un mes, dos casos han saltado a los titulares de los medios de comunicación, conmocionando por unos días a la “opinión pública”. En Canadá, en octubre, Amanda Todd se quitó la vida tras grabar un vídeo en el que contaba lo sola que se sentía. En Holanda, en noviembre, Tim Ribberink también se suicidó tras años de burlas, insultos y amenazas. En Ciudad Real, hace unos días, una joven se quitaba la vida, al parecer, víctima también de acoso escolar. Son casos extremos que están llamando la atención sobre una realidad que afecta a muchos niños y jóvenes en todo el mundo.

Volviendo a la escena inicial, ¿cómo podríamos terminar esta historia y salvar a la niña antes de que sea demasiado tarde? Un desenlace rápido sería concluir que Internet es el malo de la película y acabar con él, pero sería una manera burda de entender y resolver un problema complejo. Internet no es la causa ni la explicación del abuso.

Es necesario fomentar un buen conocimiento de los riesgos en internet, pero la prevención del acoso, en todas sus formas, pasa por invertir mayores esfuerzos –recursos- en detectar de manera temprana la humillación, la intimidación y la violencia entre pares, a veces tan silenciosas y sofisticadas. Y no se trata de controlar y limitar lo que los niños y los jóvenes hacen, sino de atender a lo que dicen y, sobre todo, a lo que callan. En casa, en el colegio, en el centro de salud, en la calle.

La navegación Web sin las medidas adecuadas también pueden poner en riesgo a los adolescentes. Según el estudio de McAfee, casi la mitad de los jóvenes (46%, para ser exactos) acceden de forma accidental a pornografía online, lo que los hace vulnerables a diferentes peligros.

Las sugerencias para evitar que los niños y jóvenes queden expuestos a este tipo de problemas incluyen usar opciones de configuración de seguridad y privacidad de los sitios Web; contar con herramientas de software para proteger el acceso a sitios cuestionables por parte de los hijos, además de filtrar los contenidos inadecuados para ellos; controlar la cantidad de tiempo que los adolescentes pasan conectados e impedir el contacto online con desconocidos.

Conclusión

Internet y las redes sociales forman parte de nuestra vida, y obviamente, la de nuestros hijos. Si estabas esperando un listado detallado con acciones a tomar para evitar el ciberacoso, lamento decepcionarte:  no existe una fórmula mágica. Lo único que realmente funciona es la educación, el diálogo.

Y no forzar a los niños a quemar etapas. Cuidarlos. Protegerlos. Internet no es la plaza del barrio donde puedan divertirse libremente. Los adultos debemos ponernos el traje de “adultos responsables” debemos hacernos cargo de nuestra paternidad y debemos conocer los riesgos que corren nuestros hijos en la red.

¿Mandarías a tu hijo de 9 años a comprar al kiosko a las 12 de la noche a tres cuadras de tu casa por calles oscuras? Bueno, eso hacés precisamente cuando lo dejás sin supervisión, sin cuidado y sin educación cuando está pasando el rato en internet.

Fuentes consultadas:
es.wikipedia.org/
blogs.elpais.com
seguridad-informacion.blogspot.com.ar

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