Revista Opinión

Dale a un tonto un lápiz, dale a un político un AVE

Publicado el 10 mayo 2012 por Vigilis @vigilis
Ha pasado sin pena ni gloria cierta minipolémica testicular entre el señor Trías y el señor Monago. El alcalde de Barcelona dice que las obras del AVE a Extremadura son una catástrofe y el presidente de la taifa extremeña responde de forma tabernaria con un tradicional «ven aquí y me lo dices a la cara si tienes cojones». Ante esto, el alcalde echó pelillos a la mar y recordó que hay que priorizar el gasto, sin caérsele la cara de vergüenza.

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Monago, Trías, el de la derecha creo que es Griñán, el que está en la puerta del bar puede ser Rajoy fumando un puro. Ah, el noble arte de la política.

Una estructura radial
El problema de las infraestructuras en España viene de antiguo. Desde la época romana hasta prácticamente el siglo XVI, con excepción de las guías de viaje medievales para peregrinos (¿han devuelto ya el códice?), no se conoce obra alguna. La actual formación viaria española, corresponde a los planes de los ilustrados. En época de Felipe V, el Reglamento General para la Dirección y Gobierno de los Oficios de Correo Mayor y Postas de España, en los viajes que se hicieren (1720), ya indica las conexiones de ciertos puntos "termini" con la capital central. En 1749, con Fernando VI, se realizan dos proyectos de obras públicas viarias en el sentido moderno (empleando soldados y con cargo a la hacienda del rey): el Camino Real de las Hoces para servir al puerto de Reinosa y el camino del Puerto de Guadarrama hasta El Espinar para proveer a la capital del trigo castellano.
Con Carlos III, en 1761, se publica la primera normativa nacional de carreteras, el Real Decreto expedido para hacer caminos rectos y sólidos en España, que faciliten el comercio de unas provincias con otras, dando principio por las de Andalucía, Cataluña, Galicia y Valencia. Sobre este decreto se irá construyendo la actual red radial de carreteras nacionales, que a partir de 1799 dejará de ser competencia exclusiva de los ingenieros militares.

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Red de Caminos, 1838.

Con Primo de Rivera, unos diez años antes de las famosas autopistas nazis, se proyectó una renovación completa de las carreteras radiales ante el cada vez más numeroso parque automovilístico y el cambio de costumbres estivales. No sería hasta 1939, en que se publica el Plan General de Carreteras, las famosas "carreteras nacionales", que en época muy reciente han cambiado su nombre y que con fondos europeos se transformaron en autovías con peajes sangrantes en ciertos puntos.
Lo que hace 250 años era un plan de movimiento de tropas y abastecimiento de la Corte, se ha mantenido en el tiempo hasta configurar la España radial que conocemos.

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Densidad de población por municipios.

Con la excepción de la Corte y media docena de capitales de provincia, España es un país que básicamente vive en la costa. Esto hace que cualquier plan de infraestructuras se desarrolle en forma de asterisco o radial pero que la misma importancia recaiga sobre las franjas costeras. Delante de cualquier mapa, y sin conocimientos sobre obras públicas, llama la atención que los planes de infraestructuras no se realicen conjuntamente con Portugal. Es más, llama poderosamente la atención que los portugueses no nos cojan de las solapas y nos pidan a gritos establecer planes conjuntos.

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"Densidade populacional" portuguesa, 2001.

Estado Autonómico y repetición fractal
La concepción centralista sobre la que se construye el mapa de carreteras (o del AVE, para el caso es lo mismo, aunque la evolución de los ferrocarriles fue muy diferente. En sus inicios, los ferrocarriles españoles respondían a empresas privadas que tiraban líneas siguiendo razones económicas y no de Estado, cosa que cambió con Primo de Rivera si la memoria no me engaña), es paradójicamente repetida en el Estado Autonómico a nivel regional.
El ejemplo más a mano que tengo es el gallego. Cuando la UCD decide poner la capital de Galicia en Santiago de Compostela, pese a que La Coruña ya contaba con la Delegación del Gobierno y el Tribunal Superior de Justicia y a que Vigo era la ciudad más poblada de la región (y si buscamos más "criterios de capitalidad" incluso Mellid es geográficamente central), hace falta empezar a ordenar el territorio, vertebrarlo entorno al eje Atlántico (corredor Vigo-Coruña) y "crear" una nueva capital. Así, se dota de servicios a Santiago, se potencia su aeropuerto y aparece una nueva clase de funcionarios y burócratas en constante aumento. Todos los gobiernos autonómicos gallegos, sin excepción, contribuyen a la creación artificiosa de su pequeña capital. Los planes de infraestructuras de los gobiernos españoles también contribuyen a esta vertebración. Y más aún: el destino de los fondos europeos de desarrollo regional se dedican principalmente a carreteras y autovías, es decir, Europa también está de acuerdo con esto. En total, tenemos que desde Santiago de Compostela parten autovías/autopistas de forma radial: a Coruña, a Lugo, a Orense y a Pontevedra.

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«Oiga, que nos han mandado los cañones sin agujero».

Es curioso que hoy exista un consenso sobre esto cuando la UPG, en los tiempos en que se iban de tazas con los de Herri Batasuna, o sea, ayer, fueron los que más protestaron contra la primera autopista gallega (planteada en el 73, cuando en Cataluña ya tenían autopistas funcionando en el 69, cosa que la gente suele olvidar). La política de infraestructuras, tanto en Galicia, como en Cataluña, como en el conjunto de España, responde única y exclusivamente a criterios de homogeneización. Criterios políticos y de vertebración económica, ante los que no caben criterios de mercado.
Así, que quienes tengan abiertas embajadas (o poned aquí vuestro dispendio favorito, me es igual) esgriman la situación de crisis para quejarse del gasto que supone una infraestructura, deberían tener un poquito más de vergüenza y leerse un par de libros donde las voces del pasado les expliquen los porqués del presente.
Dale a un tonto un lápiz, dale a un político un AVE

Como sostiene mi paisana, doña Cristina Losada, que un nacionalista catalán me venga a protestar por el AVE a Extremadura (que todos sabemos que va a ser ruinoso), o por el infinito AVE a Galicia; me parece de una dudosa ética política. Critican una política que ellos mismos hacen: la doma mediante infraestructuras del medio físico.
Fase terminal
Ahora bien, cosa muy distinta es que los extremeños, por imitar lo que no funciona en Cataluña, reclamen estaciones de AVE y aeropuertos en cada capital de provincia, llegando al extremo de aceptar el concurso de una aerolínea inexistente para operar en su aeropuerto sin aviones. El colmo. Es decir, contra lo que cual gañán de pueblo protesta Monago, él mismo lo quiere hacer. ¡Ah! Pero en una aproximación fractal a la situación dentro una región cualquiera, vemos en cualquier partido judicial relevante, la exigencia sudorosa y enrojecida de que la nueva comarcal pase por aquel cerro donde pastan vacas o que el AVE tenga una variante hasta la venta del Tío Torcuato donde las viejas van a mojar los pies desde tiempos de los airenosinos.
Ahora que estamos en una fase terminal de todas estas chorradas, es precisamente cuando se ponen de moda los desdoblamientos. Seguro que todos conocéis ejemplos de autopistas que corren paralelas a autovías y viceversa. Y para qué hablar de las electrolineras que nadie usa. Somos unos genios:
  • Sólo estamos por detrás de Estados Unidos, China y Canadá en kilómetros de autopistas. Alemania viene detrás.
  • En cuanto al AVE somos segundos del planeta, sólo "nos gana" China. Japón y Francia quedan a mucha distancia por detrás.
No sé si la siguiente anécdota es cierta o se trata de una leyenda urbana. En cierta ocasión, durante los años de la champions-lí, recibieron unos limpiababuchas de la Comunidad de Madrid a un senador o congresista americano. Llegó a la Terminal 4 de Barajas y se quedó mirando el techo, recorriendo a continuación con la mirada el infinito horizonte de las puertas de embarque a un lado y al otro.
-Qué, míster, ¿le gusta nuestro nuevo aeropuerto?
-Pero... ¿qué habéis hecho? -el yanqui se echó las manos a la cabeza.
Ya está. Ésa era la anécdota. Ahora pasad a leer esto.
Conclusión

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¿Dónde está el futuro que nos prometieron?

Aparte de ponerles el capirote de burro a Monago y Trías, no tengo ninguna conclusión. Según vamos saltando de administración en administración, comprobamos cómo se repiten las mismas memeces. Las memeces del trinque infinito y del pago de favores a los colegas del terruño. Las memeces de la ideología del Estado Autonómico.
Si me pongo en la piel de un germano que viene a España y veo el fastuoso derroche no creado por competencia comercial sino por competencia política entre administraciones, seguro que regreso a Baviera implorando a la Merkel que les de a esos morenos del sur toda la caña posible y más.
Más:
  • Cnel. Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño. Breve historia de la red de carreteras españolas desde sus orígenes romanos hasta la creación de la Red Radial en el siglo XVIII y su relación con el Real Cuerpo de Ingenieros
  • Historia de las autopistas y autovías en SkyscraperCity.


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