Ooouuuhhh yeaaaaaaah ya estamos de vuelta con una de mis recetas con nombres raros jeje a que lo echábais de menos?? va....que podéis mentir y decirme que sí ;)
La receta de hoy es SÚPER fácil, y aunque no es nueva, parece que se ha vuelto famosa de repente y todos quieren hacerla, es lo que tiene la locura de la cuarentena, que ahora todos somos chefs jeje.
En realidad esta receta no es más que un café con leche, sólo que alteramos ligeramente el proceso, pero igualmente café con leche. El nombre ni siquiera es propio, sino que lo copia de la receta original, que es un tipo de caramelo cuyo origen es mucho más antiguo, pero del mismo color. Así que hoy, para variar os vamos a enseñar a hacer las dos recetas en una, que encima hasta podéis servir juntas.
El dalgona original, que también se le suele llamar 뽑기 / poki (es el nombre más antiguo), es un caramelo que se suele tomar en forma de piruleta y tiene un sabor algo peculiar, porque además de ser crujiente y evidentemente dulce, el sabor es ligeramente tostado ya que se usa azúcar moreno y no blanquilla como hacemos normalmente. Se convirtió en un snack callejero súper demandado durante los años 60, 70 y 80, los puestecillos solían estar cerca de la puerta de los colegios y lo típico era ir comiendo sin romper la figura central para que te diera suerte. Hoy sigue siendo así, pero ya no hay tantos puestecillos evidentamente, ya sabéis que la comida callejera en toda Asia es muy importante y los puestecillos van evolucionando con las tendencias.
Lo que sí es una auténtica locura son los cafés y las cafeterías coreanas en general, con un estilismo súper cuidado en donde todo se vuelve trending topic en lo que tardas en pestañear, pero aunque aquí aún no llegamos a esos niveles, lo que sí podemos es copiarles el café, inquenó?? ¿Estáis preparados para aprender a hacer el dalgona? Sólo vamos a necesitar unos pocos ingredientes que seguro que tenéis por casa:
Ingredientes: (Por unidad)
Piruletas:
- 1 y 1/2 cda azúcar**
**vale blanca y morena
- 1 pizca de bicarbonato
Café:
- 2 chta café soluble
- 2 chta azúcar
- Agua
- Leche
Primero vamos a preparar las piruletas para que se enfríen y solidifiquen. La cantidad que os he puesto es para cada piruleta que vayas a hacer. Ya sabes que el caramelo es algo especial a la hora de hacer y hay que gastar mucho cuidado para que no se queme, si no será todo un desperdicio.
En una sartén o cazo a fuego medio/bajo, pon el azúcar hasta que funda y coja color (mucho cuidado que se quema ensegida en cuanto empieza a coger color), añade una pizquita de bicarbonato y remueve, la mezcla se volverá espumosa y cambiará de color a marrón clarito, como café con leche. En una superficie antiadherente, la encimera de mármol/granito de la cocina bien limpia sirve o también papel de horno, espolvorea un poco de azúcar y vierte la mezcla espumosa, pon un palillo y aplasta un poco con una tapadera (puedes poner algo de aceite a la tapadera para que no se pegue, inmediatamente usa un molde de forma (sirven los corta-galletas) y nuestra piruleta estará lista.
Si viertes el caramelo sin aplastar, deja que solidifique tal cual y luego golpea para cascarlo. Obtendremos trocitos de caramelo con una textura un poco poroso, como el carbón de caramelo de los Reyes Magos. Puedes echarlo por encima de tu leche favorita, fría o caliente.
Ahora en un recipiente algo profundo, vierte dos cucharaditas de azúcar, dos de café soluble (también sirve descafeinado) y un chorrito de agua, como 3-4 cucharadas, puede ser del tiempo o caliente, no hay problema. Bate con las varillas hasta formar una espuma y sirve sobre tu leche favorita, fría o caliente. Es mejor que uséis las varillas eléctricas, si no prepárate para sacar músculo porque a mano necesitarás como 400 varillazos hasta conseguir una espuma decente.
También puedes poner algo del caramelo cascado...et voilá! Disfruta de tu café con caramelo al solecito en la terraza mientras no podamos salir a la calle, que menos da una piedra jeje 맛있게 드세요!!