Damages entra en su recta final

Desde el episodio piloto,  aquel  “Get Me a Lawyer” del 24 de Julio de 2007,  nos llevan a avisando: Trust no one. Si por algo se caracteriza esta serie de FX titulada Damages – Daños y perjuicios aquí en España – es por engañosa, tramposa… y no lo digo con sentido peyorativo alguno, precisamente, todo lo contrario.

Desde la primera temporada nos han mostrado lo que han querido durante los primeros compases para que nos hiciéramos una idea, casi siempre equivocada, del desenlace de los acontecimientos de cada temporada, nos han engañado, algunas veces mucho mejor que otras, todo sea dicho de paso, han jugado con nosotros regalándonos trazos inconexos de futuros acontecimientos, creándo todavía más misterio en el trama que trascurre en tiempo presente, si bien es cierto que este recurso forma parte del sello de la serie, se podría pensar que sin él, no llamaría tanto la atención y pasaría a ser una serie más de abogados que inundan la parrilla estadounidense… Pero yo creo que aparte del efectismo de dicho recurso Damages cuenta con un reparto fantástico, que se supera temporada de tras temporada, y si a eso le añadimos los fichajes estrella para cada temporada, nos da como resultado una serie fantástica, con unas grandes actuaciones que llenan la pantalla con cada una de sus escenas dramáticas.

Os animo a que le deis una oportunidad, atreveros a conocer a Patty Hewes, porque su papel es sencillamente arrebatador, pocos personajes he llegado a odiar/amar tanto al mismo tiempo, y de eso tiene gran parte de culpa Glenn Close y el excelente dibujo de su personaje.

A partir de aquí spoilers hasta el 4×07  I’m Worried About My Dog de Damages , así que si teneis pensado echarle un ojo al mundo de litigios y mentiras de Damages mejor que no sigais leyendo, porque no se puede confiar en nadie.

¡Y sólo quedan tres! Parece que todas la piezas se van poniendo en su lugar para llegar al desenlace de esta historia, por un lado tenemos a Jerry Boorman vendiendo a su querídisimo amigo Erickson, ese que nos han querido vender como el hombre justo, con EEUU y Dios por bandera, pero que en este último capítulo nos ha demostrado de que está realmente hecho, su manera de conseguir el terreno, o su conversación con Chris no hance más que poner de relieve lo efímeras de sus buenas intenciones en cuanto las cosas no salen como él quiere, o necesita.

Y lo siento mucho, pero sus remordimientos no me los creo, así como los sueños han jugado un papel más o menos importantes, o cuanto menos reveladores, – como aquel en el que Patty tenía una mesa de comensales cuanto menos interesante en su casa – el sueño de Howard T. Erickson me ha parecido totalmente gratuito, y eso que viendo la construcción del personaje desde el episodio piloto tiene más que sentido esos remordimientos de este hombre de Dios temeroso del infierno, pero al que no le importa lo más mínimo llegar hasta donde haga falta para conseguir sus propositos. Y quizás por eso estoy algo desencantada con este personaje porque en ningún momento le vi capaz de llegar a estos extremos, pensé que sería Boorman el que le sacara las castañas del fuego como siempre,  Pero… ¿Qué pasa? ¿Boorman no era el malo aquí?

A este agente de la CIA me lo creo más, en el parque le dice a Patty que él no hace tratos ¿Por qué? Simplemente porque no los necesita, palabras huecas que atemorizan más que dictaminan la verdad, porque si alguien fuera capaz de meterse contra una agente secreto esa sería Patty Hewes, fíjate que no descarto que Patty consiga implicarlo de alguna manera en lo de High Stars.

Lo único que no me gusta de toda esta historia es la trama de Chaterine, lo veo como una forma tonta de meter a Zachary Booth de nuevo en el reparto, si ya me queje en su momento de las tramas de Frobisher metidas con calzador en la segunda, algo  menos, y en la tercera, totalmente descarada, esta me parece igual de innecesaria. Pero a pesar de todo esto, tengo que reconocer que me muero de ganas de seguir con esta historia, de ver su desenlace, ahora que por fin tenemos algunas caras del futuro en el presente tengo muchas ganas de llegar al final de todo esto, para ver si Damages vuelve a sorprendernos como nos tiene ya acostumbrados.

Trust no one, compañeros!

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