Revista Ciencia

Dando color a una serpiente fósil

Por Robertotherium @Robertotherium
En mis tiempos (inserte voz de anciano), nos decían que sólo podríamos saber el color de los bichos prehistóricos de dos formas: viajando en el tiempo para ver uno o usando la imaginación. Ambas tareas fútiles para la ciencia.
Dando color a una serpiente fósil
Sin embargo, algunos científicos no cejaron y consiguieron lo que los maestros de antaño consideraban imposible: devolver el color real a las criaturas extintas. Pero ¿cómo? El principio básico es sencillo, conseguirlo no tanto. Resulta que muchas coloraciones de los animales son conseguidas gracias a pigmentos orgánicos que producen las células de ciertas partes de la piel y que pueden permear escamas, plumas y pelos. Estos colores son almacenados en corpúsculos celulares de distintos tipos (cromatóforos, xantóforos, melanóforos) o bien, son producto de la refracción de la luz como en el caso de los iridióforos.
Danza de cromatóforos de cefalópodo con música clásica.
Gracias al estudio de estos cuerpos, conocemos el color de algunos reptiles marinos (clic para ver un post en este blog al respecto) y de dinosaurios emplumados(clic aquí para ver una entrada completa dedicada a la coloración en plumas fósiles) y no emplumados (clic para ver post sobre color en piel de dinosaurio). Pero esta es la primera vez que se examina la coloración en una piel de serpiente fósil. Y no sólo eso, sino que es la primera vez que se encuentran tres tipos de coloración juntos, a saber: la pigmentaria (dada por melanóforos), la iridiscente (dada por iridióforos) y la dada por carotenoides (xantóforos).
Dando color a una serpiente fósilResumen visual del estudio que inspiró este post. Traducido de McNamara et al. (2016).
El estudio se enfocó en el espécimen MNCN 66503, un fósil de piel de serpiente del Lagerstätte de Libros, ubicado en Teruel, España, que data del Mioceno, hace unos 10 millones de años. La piel no tiene identidad a nivel de especie pero es asignada a la familia Colubridae por la anatomía de sus escamas. Tras examinar la piel a detalle, se encontraron zonas que denotan coloraciones verdes, café, dorado, amarillo y negro. En conjunto, el patrón de color de la serpiente era: principalmente verde, con franjas café a negro en el dorso (flanqueadas en ocasiones por un color dorado) y un vientre principalmente amarillo pálido.
Dando color a una serpiente fósilReconstrucción del espécimen MNCN 66503 de Teruel, basado en la información de los fósiles. Reconstrucción de Jim Robbins. Tomado de de McNamara et al. (2016).
El patrón descubierto es similar al de algunas serpientes modernas, pero abona a nuestro conocimiento del mundo prehistórico y trae de nuevo los colores de antiguas criaturas ya desaparecidas.
Fuente:McNamara, M. E., Orr, P. J., Kearns, S. L., Alcalá, L., Anadón, P., & Peñalver, E. (2016). Reconstructing carotenoid-based and structural coloration in fossil skin. Current Biology, 26(8), 1075-1082.

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