Segovia capital comparte con otras localidades segovianas la festividad del 29 de junio, dedicada a San Pedro Apóstol: entre otras, San Pedro de Gaíllos, donde las danzas de palos cobraron gran importancia hace ahora treinta años para festejar a su patrón. Estas danzas, no sólo forman parte de la identidad colectiva, compartida y vivida por diversas generaciones de este pueblo, sino que se erigen como uno de los principales dinamizadores de la vida social, puesto que la actual cuadrilla de danzantes masculinos y el grupo de mujeres reúnen a un nutrido número de jóvenes, y ya cuentan con una nueva “hornada” de danzantes entre los más pequeños de la localidad. El empeño y el logro común por visibilizar y dar a conocer este rico patrimonio inmaterial se hizo patente con la apertura de El Museo del Paloteo y el Centro de Interpretación del Folklore, que en la actualidad constituyen dos ejemplos del reconocimiento social e institucional que han alcanzado estas danzas a comienzos del siglo XXI.
San Pedro, patrón de San Pedro de Gaíllos
Ayer domingo, 29 de junio, vecinos y danzantes acudieron a la cita de la procesión marcada al mediodía. Pablo Orgaz, dulzainero de la localidad dede hace tres décadas -pupilo y continuador del Tío Pedro o “Tío Tambores”-, recorrió algunas calles acompañado de otras tres dulzainas, una caja y un bombo, para dirigirse a la iglesia parroquial, e iniciar -antes de la misa- la procesión, de corto recorrido respecto a la celebrada en septiembre con motivo de las fiestas de Nuestra Señora. Los danzantes se incorporaron al acto religioso cuando la imagen de San Pedro alcanzó la Plaza Mayor, y dedicaron al santo cuatro piezas: La jota paloteada de La Abuela, en la que los hombres danzan y las mujeres bailan; los paloteos de La Reverencia y Los Tres Puntos, en los que sólo participan hombres-; y la danza de La Cruz, donde participan las mujeres acompañadas del “zarragón”.
Tras esta primera y única parada, todos llegaron hasta la iglesia parroquial para danzar El Arco, donde de nuevo hombres y mujeres compartieron protagonismo. Una vez “armado”, la imagen de San Pedro en carroza, junto con las autoridades y el párroco, pasó por debajo del arco para dar comienzo la misa. Tras el acto litúrgico, en el que la homilía y la ofrenda tuvieron como tema central las danzas de palos, sólo quedaba el “refresco” en el Ayuntamiento: danzantes, músicos, autoridades e invitados, reunidos y conversando sobre temas diversos para festejar su patrón.
En la foto, una imagen de La Abuela, la jota paloteada en la que las mujeres bailan y los hombres palotean. San Pedro Apóstol, al fondo, en carroza. Frente a los danzantes, ataviados con “faldillas”, el atavió del “zarragón”, con calzón de paño.