Danzas y palotes para la Virgen de La Lastra

El segundo fin de semana de septiembre la localidad segoviana de Arcones ha celebrado las fiestas en honor de la Virgen de La Lastra, y las danzas de palos han estado presentes durante dos días, a lo largo de sendas procesiones: la del sábado, de recorrido más corto y que discurrió bajo una intensa lluvia, y la del domingo, en la que tras recorrer diversas calles los vecinos ascienden a pie hasta la ermita dedicada a esta advocación mariana, para devolver la imagen a su lugar hasta el próximo agosto.

El repertorio de las danzas y los paloteos de Arcones los conocen bien Los Galleguillos, una agrupación familiar vinculada con Gallegos que ha acompañado a la Virgen de La Lastra durante el último cuarto de siglo. Las similitudes con los repertorios de otras localidades serranas del entorno son evidentes: Arcones y Gallegos comparten, por ejemplo, el paloteo de La Cachucha, y aunque la melodía es la misma, cambia por completo la versión coreográfica. Ambas localidades comparten también la presencia de las faldas o enagüillas entre los danzantes masculinos, aunque las decoraciones corporales que completan los conjuntos varían en la disposición, el colorido y otros aspectos relativos a la confección de las prendas. La mujeres que danzan, es decir, que participan en los paloteos, visten manteo rojo en ambas localidades, aunque en Arcones lucen justillo y en Gallegos jubón.

Indumentaria tradicional serrana

Durante los dos días que he visitado Arcones he podido constatar la riqueza etnográfica de las prendas vestidas por mujeres: una prendas que las define y distinguen son los manteos “enchorraos”, reconocibles por los plieges que recorren su vuelo y que marcan los dobleces que deben seguirse para guardarlos de nuevo.  Entre el colorido se mantienen los manteos rojos -en ocasiones con decoraciones metálicas doradas-, los amarillos -con distintos tonos cercanos al amarillo “huevo” y al amarillo “limón” y entre los que se mantienen algunos ejemplares decorados con “el picao” en negro-, y los azules -entre los que cabe mencionar los manteos confeccionados con estameña burda en su parte superior, en contraste con paños más finos y oscuros de la parte inferior-. Sobre ellos, la faltriquera, usualmente tejida a mano y en la que la presencia del cuero y las borlas de lana multicolores les aporta una presencia única.

Entre las prendas de busto aún se conservan excepcionales camisas de lienzo casero bordadas con la técnica del “corchado” en los dos tonos femeninos tradicionales, el azul oscuro y el pardo -alejados sobremanera de los nuevos tonos que se imponen en la prendas de nueva confección como los morados, azules celeste o rojos, que no han estado presentes en la provincia de Segovia-. Sobre las camisas pueden verse también justillos con cortes arcaicos que remiten a hechuras de los siglos XVII y XVIII y en los que la haldeta central trasera se desmarca en forma y tamaño. Os dejo una instantánea ilustrativa de un manteo confeccionado con diferentes calidades de paño, y una faltriquera tejida decorada con borlones.