Revista En Femenino

Dar

Por Tenemostetas
Por Ileana Medina Hernández
La red maternal, la tribu 2.0, me provee todos los días de pequeñas y grandes y preciosas satisfacciones.
Muchas lectoras del blog me contactan por Facebook, y allí voy sumando amigas virtuales de gran belleza, interior y exterior, que comparten cada día artículos, imágenes, frases... que me hacen sonreír, reflexionar, aprender...
Una de ellas, sin apenas conocerla, me ha sorprendido con un gesto de valor incalculable: me ha pedido que la ponga en contacto con alguna familia cubana, con alguna mami a la que ella pueda ayudar con algún regalito o alguna pequeña cantidad de dinero de vez en cuando. De más valor, cuanto ella sólo vive ahora de su salario de 600 euros de mamá a tiempo completo (en Francia).
Me ha emocionado y conmovido su gesto, y ya nos pusimos a buscar, entre mis amigos cubanos en el exterior y yo, a cuál de nuestras amigas en Cuba puede hacerle más falta esa ayuda inestimable, que para ellos puede ser como tocarle la lotería.
Solidaridad femenina, maternal, internacional, en su estado más puro.
DarEntre risas y lágrimas, me he puesto un poco cursi y he pensado que  no hay nada que pueda hacer más feliz a uno que dar, que compartir....Compartir lo que se tenga: dinero, o amor, o conocimientos, o un trocito de tu tiempo, o un abrazo, o un plato de sopa, o un mensaje, o una canción, o un consejo, o un hombro donde llorar, o una oreja que escuche, o lo que sea...
Cada uno da lo que tiene. De eso se trata.
Quizás si supiéramos apreciar lo que cada uno tiene para DAR, en lugar de mirar lo que le falta o lo que nos falta, viéramos cuán ricos somos, y cuanto más felices pudiéramos llegar a ser.
Si apreciáramos lo que nuestra pareja, por ejemplo, tiene para darnos, en lugar de fijarnos en sus defectos o en  lo que quisiéramos que llenara de nuestros propios agujeros.
Si apreciáramos lo que cada uno de nuestros amigos puede regalarnos, cada uno en su línea, en su tónica, en su personalidad, en su talento específico.
Si aprendiéramos a tomar de cada una de las personas que nos tropezamos en nuestro camino lo que esa persona puede enseñarnos o aportarnos: ¡seríamos tan ricos!
Y crearíamos una cadena social a partir de lo que cada uno tiene para dar. Y no a partir de lo que a cada uno nos falta. A la vez, podemos ser felices dando lo que tenemos, sabiendo que todos tenemos algo diferente y valioso que aportar.
Trastocar la lógica: no pidiendo, ni exigiendo, ni comprando. Sino dando. Dando lo que tenemos, y dando también lo que queremos recibir: tiempo, escucha, disponibilidad. Estar. Veremos cómo dando, al poco recibimos también lo que necesitamos.
Y ésa es además, creo, justamente la esencia de la maternidad: dar. Dar lo que tenemos. Nutrirnos para poder dar. Sin más.

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