Darwin, la evolución y la taxonomía
Charles Darwin vivió a finales de la era de la exploración, el mismo fue historiador natural formal a bordo de una nave de exploración el HMS Beagle. Los historiadores naturales de la época tenían dos funciones, la primera era amenizar el viaje para los capitanes y oficiales de alto rango de las embarcaciones, debido a su gran conocimiento “para hacer charlas de Lords ingleses tomando te”.
La segunda función algo más seria de los historiadores naturales era capturar especímenes en las tierras visitadas, y de ser posible que fueran especies nuevas, para luego enviarlas a los museos de historia natural de Inglaterra, y así incrementar su prestigio.
Figura DET-01. El HMS Beagle
Aun en esta época la vieja competencia por el conocimiento entre los imperios se mantendría, de hecho aún se mantiene, aunque la tendencia viró desde la biología hacia la física en el siglo XX.La taxonomía tomó un rumbo y significado completamente diferente después de la publicación de artículo original de Darwin y Wallace sobre “Sobre la tendencia de las especies a formar variedades, y sobre la perpetuación de las variedades por métodos naturales de selección” publicada en 1858 y posteriormente con la publicación de su libro que reforzó los conceptos del artículo, y que capturó la imaginación popular por siglos, el “Origen de las Especies” en 1859.
Figura DET-02. Megaterio proporcionado por Darwin durante su expedición al rededor del mundo en el HMS Beagle
Las observaciones de Darwin y Wallace, así como los experimentos con domesticación y generación de nuevas líneas de animales de granja conllevaron a Darwin a argumentar que las especies no eran entidades fijas que debían asemejarse siempre a algún tipo fijo. En otras palabras negó la existencia de los ideales platónicos, y sin ideales platónicos, las especies tipo empleadas por los museos como estándares para la nomenclatura deberían adquirir un significado diferente.Por otra parte las ideas de Darwin y Wallace conllevaban a la idea de que las especies nuevas podían emerger de especies viejas, aunque los métodos para lograr este cometido jamás fueron abordados en el Origen de las Especies, haciendo del título del libro algo irónico.
Una vez que la especiación fuera demostrada en décadas posteriores, quedaba la hipótesis original de Darwin, si en el futuro pueden nacer nuevas especies, en el pasado debieron existir otras especies. No se puede decir que fueran menos, debido a que existía el fenómeno de la extinción. Para la época de Darwin el fenómeno de la extinción ya era muy conocido y estudiado por los paleontólogos. El mismo Darwin describió unos cuantos fósiles que fueron enviados a Inglaterra desde el cono sur de América.
Las ideas de Darwin otorgaban un nuevo criterio para poder clasificar a las especies, en lugar de asumir la existencia de una especie tipo, fija e ideal, para Darwin las especies descendían de un ancestro común el cual heredaba a todos sus descendientes una serie de características comunes que podrían ser empleadas para agruparlos, algo así como un árbol genealógico.
La idea ciertamente calzaba como anillo al dedo para mucha de la labor que había sido realizada por los taxónomos décadas atrás, pues debido a que habían clasificado a los seres vivos en base a sus similitudes morfológicas, muchos de los grupos que ya estaban descritos se los podía interpretar en base a los nuevos criterios, aunque otros grupos fueron modificados.
Otro aspecto de los nuevos criterios taxonómicos, es que la taxonomía dejó de ser descriptiva. Cuando se igualó el concepto de diagrama taxonómico al de historia evolutiva fue fácil para los biólogos empezar a realizar hipótesis predictivas sobre grupos de animales que deberían existir, de modo tal que conectaran las ramas de grandes grupos taxonómicos.
Dos ejemplos simples, fueron la hipótesis de la existencia de eslabones perdidos entre los humanos y los primates del viejo mundo, y el segundo el de la existencia de un grupo de reptiles que compartiera características similares a las de las aves.
Estas predicciones lanzaron a los geólogos y paleontólogos a cavar por todo el mundo en busca de estas criaturas quiméricas. Algunas fueron verdaderas quimeras, engaños creados con el propósito o de incrementar el prestigio personal, o con el propósito más oscuro de destruir el prestigio de las nuevas teorías, el caso más paradigmático de tales quimeras en el hombre de Piltdawn.
Otros fósiles encontraron fueron reales, verdaderas joyas de la predicción científica, el primero Archaeopteryx Lithographica un animal que compartía características de ave y de reptil. El segundo fue Homo erectus, un primate antropomorfo muy similar al ser humano, pero con características que lo diferenciaban, como por ejemplo un menor volumen craneal promedio.
A partir de Darwin la taxonomía se haría filogenética “describir grupos naturales como un árbol genealógico”, y la definición de grupo natural y artificial emergería como aquellos que representan una historia evolutiva y aquel que representa un grupo arbitrario respectivamente.
Así se cierra la edad de la exploración desde la perspectiva de la taxonomía, donde las reglas de nomenclatura estaban claras, pero la taxonomía no. PRINCIPAL REGRESAR