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Dating in the Kitchen

Publicado el 28 octubre 2020 por Itkdev77
Dating in the Kitchen

Voy a hacer una confesión: me encanta Zhao Lusi. Me parece maravillosa. Tiene una gran bis cómica, pero es capaz de retratar cualquier sentimiento con gran soltura. La vi por primera vez en The Romance of Tiger and Rose y me enamoró. De hecho, tanto es así, que desde entonces he visto varias series suyas y, si bien no todas me han gustado, ella sí. Aunque reconozco que, antes de ver este drama, me lo pensé mucho, muchísimo. Había visto la película This Is Not What I Expected porque adoro a Takeshi Kaneshiro, pero no me gustó demasiado, así que temía que el drama tampoco me gustase. Por suerte me gustó, pero me faltó algo, aunque no sabría decir qué. Tal vez esté relacionado con el desarrollo de la relación entre ambos.

Es verdad que la diferencia de edad entre los protagonistas (21 ella y 36 él) me tira un poco hacia atrás, pero si he podido ignorarla en otras series, podía hacerlo en esta. Debo decir que, en la vida real, hay 3 años más de diferencia entre ellos y se nota. Pero hay una química extraordinaria entre ellos, así que resulta muy fácil olvidarlo.

Zhao Lusi interpreta a Gu Sheng Nan, una joven de 21 años aspirante a chef que trabaja en el restaurante de un lujoso hotel. En la cocina no se la toman en serio y trabaja como pinche de cocina mientras espera su oportunidad. A su lado está Da La Ba (Gao Guangze), otro ayudante que valora sus extraordinarias dotes culinarias y siempre le pide que cocine para el, cosa que hace. Y uno de esos platos será lo que desencadene los sucesos posteriores.

Sheng Nan proviene de un barrio humilde y fue criada por el dueño de un restaurante, así que ha crecido entre fogones. En ese barrio todos son familia y, a pesar de que ese hombre no comparte una gota de sangre con ella, se convierte en su abuelo y otros de los que viven allí en sus tíos. Más allá de la forma de tratarse en China, las relaciones son reales. Además, tiene dos amigos íntimos: Xu Zhao Di (Yu Xin He) y Gao Quan An (Wu Ya Heng), que en ocasiones son más enemigos que otra cosa. Zhao Di es una mujer ambiciosa que desea casarse con un hombre rico y a la que no le importa usar su belleza y encanto para conseguir lo que quiere. Quan An es un diseñador de moda que posee su propia tienda y que, aunque no lo parezca, se preocupa realmente por Sheng Nan. Al principio parece más bien su enemigo, pero bueno, se redime.

Lu Jin (Lin Shen) es un hombre de negocios que siempre ha seguido el camino dictado por su madre. Su objetivo final es hacerse con la empresa de su padre, quien los abandonó y se olvidó de ellos cuando formó una nueva familia. Incluso a sus treinta y seis años sigue sintiendo el dolor de antaño, cuando vio a su padre comportarse de forma inhumana con su madre. Esa es la razón que lo ha empujado a dedicarse a ese trabajo. Viaja por todo el mundo comprando empresas que están a punto de derrumbarse y, o las salva, o las divide del modo que más le conviene para venderlas fragmentadas. El caso es que en todas partes lo temen, pero todos buscan su ayuda.

Ambos se conocen en un momento… único. Su primer encuentro es cuando se produce un incendio, él intenta hacer que salte la alarma y ella le echa agua encima. El segundo es un poco más… en fin.

Zhao Di quiere vengarse de un tipo y le dice que tiene el coche en determinado aparcamiento. Sheng Nan confunde los datos y acaba llenando de harina y de masa un deportivo que resulta ser el de Quan An. Al darse cuenta de su error (justo cuando él está frente a ella), intenta hacerse pasar por coreana, pero no funciona porque él ya la ha oído hablar por teléfono. A partir de ese momento no solo adquiere una deuda con él, sino que tendrán varios encuentros desafortunados, aunque él tiene la suerte de probar su comida por casualidad y acaba convirtiéndose en su chef privado mientras está en el hotel. Sin embargo, no será suficiente y, cuando sea despedida por un error, él acabará yendo a comer a su casa amparándose en la deuda que ella tiene con él. Ella intenta deshacerse de esa deuda, incluso coquetea al darse cuenta de que ejerce cierto poder sobre él. Pero ella tiene veintiún años y él treinta y seis, así que el juego se convierte en algo muy diferente a lo que ella buscaba, hasta el punto que ambos desarrollan sentimientos. Sin embargo, sus mundos y sus vidas son muy diferentes. Los separan tantas cosas como los unen.

Bien, hasta aquí todo genial. Me han gustado los juegos de él que, aunque no llega a hacer nada, si logra desestabilizarla, cosa que le divierte tanto como a ella le divertía jugar con él. No veo nada malo en ello ni me parece un pervertido, como leí en algún lugar. No, me parecen dos personas que juegan al mismo juego, solo que uno tiene más experiencia que el otro.

La forma en la que se enamoran y evoluciona su relación me gustó hasta cierto punto. En cuanto empezaron a llegar secundarios que no pintaban nada, empezó a hacerse pesada, porque de verdad que no era necesario nada de eso para causar un terremoto en la relación de ellos. La diferencia de edad habría sido más que suficiente.

Esta es una de esas series que me han gustado por partes y que, en mi opinión, tiene algunas de las escenas románticas más bonitas que he visto en una serie. Los dos actores parecían tan bien compenetrados, que me encantaba verlos juntos.

¿La recomendaría? Pues no lo sé. Supongo que sí, porque las escenas de los dos juntos merecen la pena. Eliminaría muchas partes, pero bien, no podía ser perfecto, ¿verdad?


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