David Ferrer (31) se proclamó tricampeón en Buenos Aires
Un año completo había pasado desde que David Ferrer besara las mieles del éxito. Un año sin coronarse en una pista, sin levantar un trofeo, sin emocionarse con una gran victoria. Un año sin recibir la recompensa al trabajo bien hecho, algo en lo que el de Jávea siempre cumple. Fue el pasado febrero en la misma pista de Buenos Aires, donde el español consiguió su vigésimo título como profesional ante Stanislas Wawrinka en un equilibrado encuentro (6-4, 3-6, 6-1). Tras un giro de 365 días, las vitrinas del alicantino se habían mantenido intactas. Una especie de mal de ojo en las finales y un bajón de rendimiento en 2014 han sido las causas de esta pequeña "desaparición" de Ferrer de la cumbre del tenis en los últimos meses.
El 2014 no empezó nada bien para David, quien rompió con Javier Piles antes de comenzar la temporada y se unió a su equipo técnico José Altur. Quizás aquí esté la clave de que las cinco primeras semanas del nuevo año hayan sido bastante decepcionantes para el número cuatro del mundo, puesto en el que se ha establecido a partir de hoy tras su victoria de ayer ante Fabio Fognini en la final (6-4, 6-3).
Doha fue la primera para del curso junto con Nadal. Los dos máximos exponentes del tenis español se citaban en Qatar para doblegar la superficie que menos les gusta de todas. Uno lo consiguió y el otro naufragó. Varios días antes de que Rafa lograra coronarse como el primer campeón español del torneo catarí, "Ferru" ya había cedido en segunda ronda ante el alemán Daniel Brands (6-4, 7-5). Un duro varapalo para comenzar el nuevo año.
El año empezó con malos resultados para 'Ferru'
El siguiente vagón era Auckland, territorio americano. Allí se le conoce como "el dictador", prueba fehaciente de ello es el palmarés del torneo, donde en los tres últimos certámenes un sólo nombre ha salido invicto: el suyo. Pero ni con esas pudo lograr acabar celebrando el domingo. Esta vez fue en semifinales donde el taiwanés Yen-Hsun Lu daría la gran campanada derrotando al tricampeón vigente (6-4, 7-6). Isner acabaría siendo el triunfador americano y David ponía rumbo al primer Grand Slam del año con las manos vacías.El Open de Australia significó una leve mejoría para el alicantino llegando a cuartos de final dejándose en el camino dos mangas pero sin llegar a sufrir en ningún emparejamiento. El ránking no había variado y continuaba siendo el número tres del mundo, es más, era la primera vez que disputaba un Major desde una posición tan alta. Pero Tomas Berdych sería el verdugo del español (6-1, 6-4, 2-6, 6-4) sin darle una mínima opción en un encuentro donde el de Jávea mostró una gran debilidad en superficie rápida, algo fuera de sus puntos débiles desde hace años. Partidos malos, derrotas ante jugadores fuera del top50 y un nuevo entrenador con el que no llegaban los resultados hacían saltar las alarmas en el mente de "la termita", que con 31 años parecía haber tocado techo.
Pero una desgracia lo cambió todo. La lesión de Rafa Nadal en la final del Open de Australia obligaba al manacorí a denegar la participación en el torneo de Buenos Aires, que había puesto todo su empeño en inscribir un jugador top en el cuadro. Ferrer, campeón los dos últimos años en las canchas argentinas, era el damnificado y se quedaba fuera por la participación de su compatriota, pero la espalda de Rafa volvía a cambiar la situación y finalmente David anunciaba su presencia en la capital celeste en recambio del balear.
Fabio Fognini (25) felicitó así al campeón
El resultado ya lo conocemos todos. Campeón por tercera vez en Buenos Aires dando la mejor imagen de 2014. Cinco victorias sobre una tierra batida que se adapta al alicantino como ninguna otra superficie. No se le escapó ni un solo set en toda la semana, ni siquiera en la final ante Fognini, un hombre que empieza a ser más que peligroso sobre polvo de ladrillo. El mejor Ferrer ha vuelto con la arcilla bajo su calzado y hoy mismo superaba a Del Potro en ránking para colocarse en el cuarto escalón de la ATP. Pero lo mejor ha sido el final de la mala racha que arrastraba en finales, hasta siete consecutivas se le habían escapado desde el su título en Buenos Aires de 2013: Acapulco, Miami, Oeiras, Roland Garros, Estocolmo, Valencia y París. Un año donde las decepciones desplazaron a las celebraciones pero que, por suerte para el de Jávea, forma ya parte del pasado.
Además, como regalo adicional a su vigésimo primer título, le ha llegado el honor de ser el tercer tenista español con más coronas de la historia, superando a Carlos Moyá (20). Por delante ya solo tiene a Manuel Orantes (33) y a Rafa Nadal (61).
La búsqueda de los dos patitos (22) hará que el tren se detenga en Brasil, en el Open de Río, donde Ferrer coincidirá de nuevo con Fognini y con Nadal. Un tridente que, exceptuando alguna sorpresa como Djokovic, Federer o Almagro, se repartirán sin piedad todos las títulos sobre tierra batida.
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