Revista Cultura y Ocio

David González: De todo corazón (y 2): Dos poemas + Sorteo de 3 ejemplares:

Publicado el 17 agosto 2015 por David David González

Como ya te comenté, los 22 poemas de este De todo corazón no son inéditos, pero, después de algún que otro cambio mínimo, los he incorporado a mi ciclo Los que viven conmigo, dado que hablan de una mujer que será una de las protagonistas principales de este ciclo: Chica. Te recuerdo que la tirada es de 300 ejemplares, numerados y firmados a mano, por la mía. Y el precio es de 5 €. Dicho esto, y como uno de los poemas del libro que voy a subir es un poco largo, empiezo con un poema corto. Léelo con atención, porque después te voy a preguntar algo, y si eres de los tres primeros lectores en responder con acierto, te llevas gratis un ejemplar, con una dedicatoria personal


         NECESIDAD         cuando las ramas de los árboles son barrotesy       los granos de maíz cuentas de un rosario         yo necesito amor:         cuando la aventura se vuelve conquistay       los imperios se empiezan por el tejadoy       el hombre agoniza         yo necesito amor:         Y esta es la pregunta del sorteo: ¿Sabrías decirme el título de la película que me inspiró las imágenes de este poema? Solo te voy a dar esta pista: No es una película de amor. Si lo sabes, escríbeme a esta dirección de correo electrónico: DAVID GONZÁLEZ POETA, los tres primeros que acierten, repito, se llevan 1 ejemplar cada uno.

David González: De todo corazón (y 2): Dos poemas + Sorteo de 3 ejemplares:
         BUENAS INTENCIONES         a las seis y veinticinco         de una tarde invernal,         Chica me llama al móvil:          acabo de acordarme, dice,          que no tienes en casa          café para la merienda,          ¿quieres que te lo suba:          no está inútil,          le contesta mi padre          desde mi memoria de acceso aleatorio:          no, le digo: no subas:          a esta hora de la tarde          imagino que estará barriendoy        fregando          el suelo y los baños          del bar desde el que me habla:          un bar de copas          que le da algo de sabor          a las sosas noches gijonesas          de entre semana, la Sal:          después, cuando termine ahí,          aún tendrá que ir al supermercadoy        volver cargada, como una burra,          con las bolsas de la compra:          bolsas de plástico,          llenas de botellas de cristal,          con las asas tirantes,          cortándole la circulación en los dedosy        a punto, siempre, de romperse:          asimismo,          al barrio donde vivimos          no le llaman el barrio alto          porque sí:y        además,          por si no fuera suficiente con esto,y        para ponérselo más difícil,         ahora, encima, se ha puesto         a diluviar:         ¿estás seguro:         sí, le digo: despreocúpate:         en realidady       más que nada por pura desidia,         por no tener que vestirme,         bajar los cinco pisosy       caminar los escasos cien metros         que separan mi casa         del despacho de pan y leche,         me había hecho ya a la idea         de que quizá, por esta vez,         tuviera que renunciar a ese café:         pero ahora, de pronto,         me entra el afoguín y me visto, bajoy       en menos tiempo         del que tardo en escribirlo         estoy de vuelta en casa         con diez sobres de café instantáneo:         no han pasado         ni cinco minutosy       ya están llamando al timbre:         ¿sí, pregunto: ¿quién es:         el café, dice Chica: abre:         entonces,         para que ella no descubra         que ha hecho el viaje en baldey       que su sacrificio         ha sido completamente inútily       pueda disgustarse,         corro a la cocinay       retiro el cazo con la leche del fuego:         lo apago:         arrojo la leche por el desagüe del fregadero:         abro el grigo:         aclaro el cazo: aclaro la taza:         escondo los sobres de café instantáneoy       un momento después,         cuando suena el timbre de arribay       abro la puerta y siento         en mis propios pulmones         la fatiga de Chica,         su cansancio,         comprendo,         antes incluso de que ella me lo diga,         que:          podrías haber bajado          a encontrarme por la escalera,          ¿no te parece:


           David González en De todo corazón (Ediciones del 4 de agosto, agosto de 2015).


David González: De todo corazón (y 2): Dos poemas + Sorteo de 3 ejemplares:
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