DAVID JANER EN EL DIARIO MONTAÑES DE CANTABRIA 18 abril 2010
Salir desnudo fue un trago amargo
Los padres de David Janer todavía guardan los recortes de prensa con sus entrevistas. Y menudo archivo deben tener, porque el nuevo héroe de la tele está muy solicitado. No hay entrevistador que no le pregunte por el famoso desnudo en 'Águila Roja', visto y 'requetevisto' en YouTube. Se resigna y responde amable: Fue un trago amargo y había que tomárselo, pero con moderación, claro. Forma parte del trabajo y se hizo con gusto aunque si lo puedo evitar, lo evito, advierte.
¿Rechazaría un proyecto sólo por tener que desnudarse? -...Quizá sí. Hay actores a los que les encanta pero a veces encuentro que en las películas hay demasiadas escenas de sexo. Una mujer que se muestra demasiado pierde erotismo.
Dice el justiciero de la tele que antes no se comía un rosco pero que salir en televisión te da un brillo especial, ganas puntos. Claro que eso a él le importa bien poco. Él se deja ver lo justo, lo que le obliga el trabajo. No soy de salir a discotecas ni de ir a sitios concurridos, nunca me ha gustado. Adoro encerrarme en casa con mi pantallita de cine, la chimenea, una cena con dos o tres amigos. Mi cuerpo me pide hacer este vaciado después de rodar tantas horas con tanta gente porque me da la sensación de perder identidad con tanto barullo... ¡Voy a parecer un ermitaño!
No llega a tanto ni con mucho, pero ya de crío era un solitario. Mi padre quería que hiciera algún deporte y que saliera un poco, que conociera gente... Probé con el baloncesto, con el fútbol y con el balonmano pero se me daban bastante mal. Hasta que dí con las artes marciales....
Y bien que le han venido ahora que va haciendo justicia a su manera y dejando plumas rojas como sello. Porque con esa cara de crío que le 'persigue' a los 36 -el primer día de mili el capitán me preguntó si era voluntario porque parecía que tenía 15 años..., todos me sacaban tres cabezas. ¡Menudo es David Janer dando patadas...! De mentira, claro, que él siempre ha sido un tipo pacífico. De crío jugábamos a las bandas, sexto A contra sexto B y yo era el cabecilla de una. Nos peleábamos pero eran peleas casi conematográficas, con una violencia muy ligth, nada que ver con los menores de hoy. Las líneas morales se han difuminado y han perdido la inocencia.