David LaChapelle: ¿glamour o grasitud?

Sus fotos siempre me parecieron chabacanas. Hace dos años vi una retrospectiva en Milán y salí algo asqueada. Me parece un artista banal. Pero el gusto es muy arbitrario. Cómo ignorar que fue adoptado por Andy Warhol que lo reclutó para que participase de la aventura que fue la gran revista Interview.

Alli David (Conneticut, 1963) comenzó a relacionarse con el star system y a ser más pop que el mentor del pop y creador de la Factory más productiva del arte de los años 60 en EE. UU.

Ahora llega con una muestra al Center of Conteporary Art de la exquisita ciudad de Lucca, en el corazón de la Toscana italiana.

De sus años de Interview recuerda ahora LaChapelle: “Interview era una revista donde si había que publicar. Si uno quería saber qué estaba pasando en el mudo, el mundo del arte y de la cultura pop, leía Interview”.

Así de esas páginas forjadas en la Factory, lo que muchos llaman su “glamour hiperrealista, teatral y algo loco” conquistó las más ilustres tapas de revistas con figuras del jet set, convirtiéndose él mismo en una celebridad de la fotografía contemporánea.

Quizá algunos recuerden cuando vino a Buenos Aires y  expuso en el Malba en una muestra curada por Eva Grinstein.  A mí, de glamour, nada; de gratitud, todo. Pero vuelvo a lo dicho: la cuestión del gusto aunque, claro, hay otras medidas menos arbitrarias para legitimar una obra artística. En este caso, ¿cuáles serían¿