Pues parece que por fin ha llegado el calor y tiene intención de quedarse. De los visitantes inesperados que trae este tiempo ya hablé el otro día, así que hoy voy a centrarme en otra cosa que nos atañe especialmente a las mujeres. Como decía, ha llegado el calor, lo que implica prendas más ligeras y con menos tela. A su vez, esto implica dos cosas: una, si tienes kilos que te sobran, se van a notar (ya no dispones de abrigo que los encubra) y dos, hay que desprenderse del disfraz de oso (es decir, de los pelos no deseados).
Hoy voy a centrarme en esos pelos que, al menos a mí, me traen por el camino de la amargura estos meses de verano. Si eres hombre, estás leyendo esto y crees que no va contigo, te aconsejo saltarte toda la parrafada que voy a soltar a continuación e ir directamente al último párrafo. Si eres mujer, también puedes hacerlo. Si eres un extraterrestre, lo dejo a tu elección.
Como decía, ahora que empezamos a lucir muslamen lo no que no hay que lucir, bajo ningún concepto, es vello. Internet está plagado de ataques a celebridades que olvidaron u obviaron depilarse y han sido más que criticadas por ello. Ahora mismo se me vienen dos a la memoria: Julia Roberts y Mo’Nique. Y eso que son buenas actrices.
Para no lucir esos pelos asquerosos hay que depilarse. Las maneras (cremas, cuchilla, máquina, cera…) dependen de cada una, de su umbral de dolor y de su tiempo. Y digo yo, la evolución, ésa tan sabia que ha reducido a nuestros meñiques a una mínima expresión porque es el dedo que, al parecer, menos usamos; pues bien, esa evolución ha sido incapaz de eliminar el vello que las mujeres llevamos miles siglos intentando hacer desaparecer.
En invierno nos relajamos más, a menos, claro, que seas de las que llevan falta o vestidos día sí, día no. Pero llega la primavera con su calorcito y nos miramos las piernas, sí, pero también axilas e ingles. Vamos, que en mi cuerpo en verano hay más partes depiladas que no depiladas. Quizás tú eres una de las afortunadas que tiene vello rubio o que le crece despacio, pero si no, es decir, si eres como yo, morena y con un ritmo rápido de crecimiento del vello, hay que depilarse a menudo. Y esto es una lata.
Que no me venga ningún hombre ahora a decirme que él se afeita todas las mañanas porque no es lo mismo. Un hombre con barba de tres días puede resultar sexy, una mujer con vello (aunque sea incipiente) es una guarra (da igual que te duches tres veces al día, si vas sin depilar, eres una guarra). Y los hombres lo que hacen al afeitarse es cortarse el vello, las mujeres cuando se depilan, en la mayoría de los casos, lo que hacen es arrancárselo.
Y si tenéis mala suerte, como es mi caso, además tendréis pelos enquistados que no salen por mucho que te exfolies. Y duelen. Y pican. Y molestan. Yo muchos me los tengo que quitar ayudándome con un alfiler, total que acabo con las piernas llenas de heriditas. A esto le sumo que, una vez depilada, se me marcan muchísimo los poros abiertos y rojos que quedan tras extraer el vello. Como supondréis, aunque depiladas, mis piernas dan un poco de pena. Lo único que me salva es que soy más bien morena de piel porque si fuera algo más blanca daría pena de la buena. Con este panorama, más de una vez he llegado a preguntarme si ir con las piernas llenas de pelos no sería mejor. Pues no, en nuestra sociedad, antes con las piernas feas que no depiladas.
Luego está la depilación láser o la fotodepilación, que parece que elimina el vello no deseado para siempre. Y ese “para siempre” me atrae un montón. No imagino lo que es querer ponerme un vestido y ponérmelo sin mirarme antes las piernas. Hace dos veranos estuve a punto de hacérmela, pero me quedé embarazada del Peque y no pude. Y ahora no está el horno para bollos.
CONTRAS:
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Hay que buscar tiempo. Da igual si vas a que te depilen o si lo haces tú misma en casa, tienes que buscar un hueco. Si además de hacerlo en casa tienes niños pululando, como es mi caso, los huecos se reducen hasta su casi total inexistencia. Me veo todo el verano en pantalones largos.
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A menos que uses cremas, duele. Más o menos, pero duele. Y total, ¿para qué? Para hacer lo mismo a la semana siguiente. Porque si todavía durara un mes a mí no me daría tanta pereza sufrir un poquito.
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Da igual lo bien que te pinten la crema que retarda el crecimiento del vello o la que lo elimina poco a poco, por lo general no funcionan y sólo sirven para sacarte los cuartos.
PROS:
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Una vez depilada, me encanta pasarme la mano por la pierna libre de vello. Ahora sólo hace falta aprovecharlo con un bonito vestido o una falda preciosa… esperemos que no haga mal tiempo y me quede sin lucir el fruto de mi sufrimiento .
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Me siento más sexy, más segura. Es una tontería, lo sé, pero yo soy así, jajajaja…
Llegados a este punto, me declaro a favor de no tener que depilarme nunca más. Como paso de ser la próxima Julia Roberts o Mo’Nique, me voy a decantar por la fotodepilación o depilación por láser. En cuanto ahorremos, eso sí. Así que, si eres hombre y conoces a alguna mujer que se tenga que depilar, regálale la depilación definitiva en cuanto tengas ocasión. Por mi parte, yo voy a empezar a guardar los centimillos que se pierden por el sofá.